Página 118 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
les ayudaba a interpretar la enseñanza espiritual de las escenas que
contemplaban sus ojos.... En sus lecciones había algo para interesar a
cada mente, e impresionar cada corazón. De ese modo la tarea diaria,
en vez de ser una mera rutina de trabajo, exenta de pensamientos
elevados, era animada por recuerdos constantes de lo espiritual y lo
invisible.
Del mismo modo deberíamos enseñar nosotros. Aprendan los
niños a ver en la naturaleza una expresión del amor y de la sabiduría
de Dios; líguese el concepto de él al ave, la flor y el árbol; lleguen
todas las cosas visibles a ser para ellos intérpretes de lo invisible y
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todos los sucesos de la vida, medios de enseñanza divina.
Al mismo tiempo que aprenden así a estudiar lecciones que en-
señan todas las cosas creadas y todas las circunstancias de la vida,
muéstrese que las mismas leyes que rigen las cosas de la naturaleza
y los sucesos de la vida, deben regirnos a nosotros; que son promul-
gadas para nuestro bien; y que únicamente obedeciéndolas podemos
hallar felicidad y éxito verdaderos
Lecciones prácticas de agricultura
—De las lecciones casi in-
numerables enseñadas por los diversos procesos del crecimiento,
algunas de las más preciosas son transmitidas por medio de la pará-
bola de la semilla, dada por el Salvador. Sus lecciones convienen a
jóvenes y viejos....
La germinación de la semilla representa el comienzo de la vida
espiritual, y el desarrollo de la planta es una figura del desarrollo
del carácter.... Cuando los padres y maestros tratan de enseñar estas
lecciones, deberían hacer un trabajo práctico. Preparen los niños
el terreno y siembren la semilla. Mientras trabajan así el terreno,
el padre o maestro puede compararlo con el jardín del corazón y
la semilla buena o mala echada en él, y explicar que, así como
es necesario preparar el jardín para sembrar la semilla natural, es
necesario preparar el corazón para sembrar la semilla de verdad....
Nadie se establece en un pedazo de tierra inculta con la esperanza
de que dé inmediatamente una cosecha. Se debe hacer una labor
diligente, perseverante, en la preparación del suelo, la siembra de la
semilla y el cultivo de las mieses. Igual debe ser el proceder en la
siembra espiritual
Los malos hábitos son como malezas
—Si ello es posible, el
hogar debiera estar situado fuera de la ciudad, donde los niños pue-