El honor debido a los padres
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murmurando e irritándose a menudo porque todo no les sale a pedir
de boca
En el cielo no caben los hijos ingratos
—Vi que Satanás ha
cegado los intelectos de los jóvenes para que no puedan comprender
las verdades de la Palabra de Dios. Tan embotada está su sensibilidad
que no consideran las órdenes del santo apóstol: “Hijos, obedeced
en el Señor a vuestros padres; porque esto es justo. Honra a tu
padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa,
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra [nueva].”
“Hijos, obedeced a vuestros padres en todo; porque esto agrada
al Señor.” Los hijos que deshonran y desobedecen a sus padres, y
desprecian sus consejos e instrucciones, no pueden tener parte en la
tierra renovada y purificada. Esta no será para el hijo o la hija que
hayan sido rebeldes, desobedientes e ingratos. A menos que los tales
aprendan a obedecer y someterse aquí, nunca lo aprenderán; la paz
de los redimidos no será turbada por hijos desobedientes, revoltosos
e insumisos. Nadie que viole los mandamientos puede heredar el
reino de los cielos
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Debe manifestarse amor
—He visto hijos que no parecen tener
afecto que conceder a sus padres, ni les expresan el amor y cariño
que les deben y que ellos apreciarían, pero prodigan afecto y caricias
a los escogidos a quienes manifiestan preferencia. ¿Es esto lo que
Dios quiere? No, no. Introducid en el círculo del hogar cuantos
rayos de sol, amor y afecto os quepan. Vuestros padres apreciarán
estas pequeñas atenciones que podáis otorgarles. Vuestros esfuerzos
por aligerar las cargas, y por reprimir toda palabra de irritación e
ingratitud, demuestran que no sois hijos irreflexivos, y que apreciáis
el cuidado y el amor que os dieron durante los años de vuestra
infancia desamparada
Niños, es necesario que vuestras madres os amen. De lo contra-
rio, seríais muy desgraciados. ¿No conviene asimismo que los hijos
amen a sus padres, y revelen este amor por miradas y palabras agra-
dables, así como por una cooperación alegre y cordial para ayudar
al padre fuera de la casa y a la madre dentro de ella
Hecho como para el Señor Jesús
—Si sois verdaderamente con-
vertidos e hijos de Jesús, honraréis a vuestros padres. No sólo haréis
lo que os digan, sino que buscaréis oportunidades de ayudarles. Al
obrar así, trabajáis para Jesús. El considera todas estas acciones