Página 377 - El Hogar Cristiano (2007)

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Capítulo 74—Seguridad o peligro de las amistades
Cosas que influyen en nosotros y en nuestros hijos
—Todo
trato que tengamos con otros, por limitado que sea, ejerce algu-
na influencia sobre nosotros. La medida en que cedemos a dicha
influencia quedará determinada por el grado de intimidad, la cons-
tancia de las relaciones, y nuestro amor v veneración por la persona
con quien nos asociamos
Si nos colocamos entre relaciones cuya influencia tienda a ha-
cernos olvidar lo que el Señor requiere de nosotros, invitamos la
tentación y debilitamos nuestra fuerza moral al punto de no po-
der resistirla. Llegamos a participar del espíritu y de las ideas de
aquellos con quienes tratamos y a considerar las cosas sagradas y
eternas como inferiores a las ideas de nuestros amigos. Quedamos,
en resumen, leudados como lo desea el enemigo de toda justicia.
Cuando los jóvenes caen bajo esta influencia son afectados por
ella con más facilidad que aquellos que tienen más años. Todo deja
su impresión en la mente de ellos: los rostros que ven, las voces que
oyen, los lugares que visitan, las compañías que frecuentan y los
libros que leen. Es imposible estimar en exceso la importancia que
tienen para este mundo y el venidero las amistades que escogemos
para nosotros mismos y, más especialmente, para nuestros hijos
En peligro por frecuentar a los impíos
—El mundo no ha de
ser la norma por la cual juzguemos las cosas. No hemos de asociar-
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nos con los impíos ni participar de su espíritu, porque apartarían
nuestro corazón de Dios para hacernos adorar dioses falsos. El que
es firme en la fe puede hacer mucho bien; puede comunicar ben-
diciones del orden más elevado a aquellos con quienes trata, pues
la ley de Jehová está en su corazón. Pero no podemos asociarnos
voluntariamente con los que están pisoteando la ley de Dios, y con-
servar nuestra fe pura y sin mancha. Nos contagiará el espíritu de
ellos y a menos que los dejemos, quedaremos al fin vinculados con
ellos, para compartir su condenación
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