Página 403 - El Hogar Cristiano (2007)

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La familia como centro misionero
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Los niños harán lo que otros no puedan hacer
—Cuando los
agentes celestiales vean que no se permite más a los hombres presen-
tar la verdad, el Espíritu de Dios descenderá sobre los niños y ellos
harán en la proclamación de la verdad una labor que los obreros
de mayor edad no podrán hacer, por cuanto su camino se hallará
cerrado
En las escenas finales de la historia de esta tierra, muchos de
estos niños y jóvenes asombrarán a la gente por su testimonio de
la verdad, que darán con sencillez, pero con espíritu y poder. Se
les habrá enseñado el temor de Jehová y su corazón habrá sido
enternecido por un estudio cuidadoso de la Biblia, acompañado
de oración. En el cercano futuro, muchos niños serán dotados del
Espíritu de Dios, y harán en la proclamación de la verdad al mundo,
una obra que en aquel entonces no podrán hacer los miembros
adultos
Nuestras escuelas de iglesia han sido instituídas por Dios para
preparar a los niños para esta gran obra. En ellas han de ser educados
los niños en las verdades especiales para este tiempo y en la obra
misionera práctica. Ellos han de alistarse en el ejército de obreros
para auxiliar a los enfermos y a los que sufren. Los niños pueden
tomar parte en la obra médico-misionera y mediante sus jotas y
tildes pueden contribuir a llevarla adelante. ... Por su intermedio se
hará notorio el mensaje de Dios y su salud salvadora a todas las
naciones. Por lo tanto, preocúpese la iglesia por los corderos del
rebaño. Sean los niños educados y preparados para servir a Dios,
pues ellos son la heredad del Señor
Aprendan trabajando
—El amor y la lealtad a Cristo son las
fuentes de todo servicio verdadero. En el corazón conmovido por su
amor se engendra el deseo de trabajar por él. Estimúlese y diríjase
debidamente este deseo. Ya sea en el hogar, el vecindario, o la escue-
la, la presencia del pobre, el afligido, el ignorante o el desgraciado,
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no debería ser considerada como una desgracia, sino como el medio
de proveer una preciosa oportunidad para el servicio.
En esta obra, como en cualquiera otra, se adquiere pericia en el
trabajo mismo. Se obtiene eficiencia por medio de la preparación en
los deberes comunes de la vida y en el ministerio a los necesitados
y dolientes. Sin esto, los esfuerzos mejor intencionados son con