Capítulo 19—La paternidad
Elena G. de White escribió hermosas declaraciones referentes al
valor de la familia, el hogar y los hijos. Reconocía plenamente su
importancia. Al mismo tiempo también comprendía la importancia
de que los jóvenes que se preparaban para el matrimonio tomaran
en consideración lo que significa tener hijos y criarlos para que
lleguen a ser todo aquello que Dios y sus padres desean para ellos.
Consejos en relación a llegar a ser padres
—Los que asumen
las responsabilidades de la paternidad deben primero considerar
si podrán rodear a sus hijos de las debidas influencias. El hogar
es tanto una iglesia de familia como una escuela de familia. La
atmósfera del hogar debe ser tan espiritual, que todos los miembros
de la misma—los padres y los hijos—, resulten bendecidos por su
asociación mutua...
Muchos de los que entran en la relación matrimonial no se dan
cuenta de todas las sagradas responsabilidades que trae aparejadas la
maternidad. Muchos carecen tristemente de capacidad disciplinaria.
En muchos hogares hay poca disciplina, y a los niños se les permite
hacer lo que quieran. Tales niños andan a la deriva de aquí para allá;
no hay nadie en el hogar capaz de dirigirlos correctamente, nadie que
pueda sentar los debidos fundamentos que debe gobernar su futura
educación... Los niños que están rodeados por estas condiciones
desafortunadas son dignos de lástima. Si no se les proporciona la
oportunidad de recibir la debida preparación fuera del hogar, se los
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priva de muchos privilegios que, por derecho, todo niño debe tener.
Esta es la luz que se me ha presentado.
Los que son incapaces de educar a sus hijos correctamente, no
debieran haber asumido jamás la responsabilidad de la paternidad.
Pero debido a su juicio equivocado, ¿no haremos ningún esfuer-
zo para ayudar a sus pequeñuelos a formar caracteres correctos?
Dios desea que tratemos estos problemas con cordura.—
Mensajes
Selectos 3:214-215 (1904)
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