Capítulo 22—De mujer a mujer
La obra de los ángeles celestiales es acercarse a aquellos que
sufren; aquellos que son probados y tentados. Trabajan sin
descanso para salvar a las almas por las que Cristo murió.—
The
Review and Herald, 4 de julio de 1899
.
Mujeres alcanzando a otras mujeres
—Las mujeres pueden
aprender cómo alcanzar a otras mujeres. Hay mujeres que se adap-
tan especialmente para dar estudios bíblicos, y son muy exitosas
al presentar en forma simple la Palabra de Dios a otros. Son una
verdadera bendición al trabajar por madres e hijas. Este es un tra-
bajo sagrado y debiera animarse a aquellas que lo hacen.—
Medical
Ministry, 140 (1910)
.
La mujer como mensajera de misericordia
—Se necesitan
mujeres consagradas que, como mensajeras de misericordia, visiten
a las madres y sus familias en los hogares, ayudándoles en las tareas
domésticas si es necesario. Entonces estarán en condiciones de ha-
blarles de la verdad para este tiempo. Este ministerio traerá almas al
Señor.—
The Review and Herald, 12 de julio de 1906
.
Mujeres jóvenes como obreras
—Las instructoras de mayor
experiencia debieran trabajar con las obreras jóvenes, no para ver
cuánto más trabajo pueden hacer bajo vigilancia, sino para ganarse
su amor y confianza. Una vez que esto ocurra, no habrá dificultades
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con el trabajo, puesto que las obreras desearán complacerlas.
El Señor llama a todos los que están involucrados en la obra
de publicar la verdad a dar evidencia de que han sido purificados
por su gracia. Cuando los discípulos de Cristo revelan su carácter,
están mostrando el poder milagroso de su gracia y son un testimonio
convincente de la verdad de su Palabra.—
The Publishing Ministry,
259 (1901)
.
La mujer puede entrar donde el ministro no puede hacer-
lo
—Las mujeres que trabajan para enseñar a las almas cómo expe-
rimentar el nuevo nacimiento en Cristo Jesús, están haciendo una
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