Página 151 - La Historia de la Redenci

Basic HTML Version

La entrada en la tierra prometida
147
Josué, dirigente sabio y consagrado
El carácter santo de Josué no ostentaba mancha alguna. Era un
sabio dirigente. Su vida estaba totalmente dedicada a Dios. Antes
de morir reunió a las huestes hebreas y siguiendo el ejemplo de
[186]
Moisés recapituló sus peregrinaciones por el desierto y tambien la
obra misericordiosa llevada a cabo por el Señor en favor de ellos.
Acto seguido les habló con elocuencia. Les contó que el rey de Moab
estaba en guerra con ellos y había llamado a Balaam para que los
maldijera; pero Dios no quiso “escuchar a Balaam, por lo cual os
bendijo repetidamente”. Después les dijo: “Y si mal os parece servir
a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis; si a los dioses a quienes
sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a
los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa
serviremos a Jehová”.
“Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que
dejemos a Jehová para servir a otros dioses; porque Jehová nuestro
Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra
de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes
señales y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos
andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos”.
El pueblo renovó su pacto con Josué. Le dijeron: “A Jehová
nuestro Dios serviremos, y su voz obedeceremos”. Josué escribió
las palabras de este pacto en el libro que contenía las leyes y los
estatutos dados a Moisés. Recibió el amor y el respeto de todo Israel,
y su muerte fue sumamente lamentada.
[187]