Individualidad
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El peligro de seguir a los hombres
—“Se nos aproxima una
gran crisis. Si los hombres se rinden a otros hombres, como ha
sido la costumbre durante los últimos quince años, perderán sus
propias vidas, y por su ejemplo otros también se perderán. Los
soldados de Dios deben vestirse de toda la armadura de Dios. No
se nos exige que nos vistamos de armaduras humanas, sino que nos
ciñamos con la fortaleza de Dios. Si mantenemos siempre a la vista la
gloria de Dios, nuestros ojos serán ungidos con el ungüento celestial,
lo que nos capacitará para ver más profundamente, y desde una
perspectiva más amplia, lo que es en realidad el mundo. Al mismo
tiempo que discernimos su falta de honradez, su picardía, su egoísta
servicio al ojo, su fingimiento y jactancia—su falta de un equitativo
trato honesto en los asuntos ordinarios de la vida, y su codiciosa
avaricia—, podemos asumir la postura, por precepto y ejemplo, de
representar a Cristo y rescatar a las personas del mundo por medio
de nuestros sanos principios, nuestra firme integridad, nuestro odio
de toda simulación y nuestra santa temeridad en reconocer a Cristo”.
Carta 4, 1896, p. 13, 15, 16
, (1 de julio de 1896, a “Los hombres en
posiciones de responsabilidad”).
El juicio individual no es supremo
—“Siempre ha habido en la
iglesia quienes se inclinan constantemente hacia la independencia
individual. Parecen incapaces de comprender que la independen-
cia de espíritu puede inducir al agente humano a tener demasiada
confianza en sí mismo, y a confiar en su propio juicio más bien que
respetar el consejo y estimar debidamente el juicio de sus hermanos,
especialmente de quienes ocupan los puestos que Dios ha señalado
para la dirección de su pueblo. Dios ha investido a su iglesia con
especial autoridad y poder, que nadie tiene derecho a desatender y
despreciar; porque el que lo hace desprecia la voz de Dios.
“Los que se inclinan a considerar su juicio individual como
supremo están en grave peligro. Es un plan estudiado de Satanás
separarlos de los que son canales de luz y por medio de quienes Dios
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