Página 239 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Métodos prohibidos de recolectar fondos
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Es un hecho lamentable que consideraciones sagradas y eternas
no tengan el poder para abrir los corazones de los profesos seguidores
de Cristo para donar ofrendas liberales para sostener el Evangelio,
como la engañosa tentación de un festín y del regocijo general.
Es una triste realidad que estos incentivos prevalecen cuando las
cosas sagradas y eternas no tienen fuerza para tocar el corazón para
empeñarse en obras de benevolencia.
El plan de Moisés en el desierto para obtener recursos tuvo
gran éxito. No fué necesaria la compulsión. Moisés no hizo un
gran festín. El no invitó al pueblo a escenas de diversión, baile y
regocijo general. Tampoco instituyó rifas o cualquier cosa de orden
profano para obtener los recursos para levantar el tabernáculo de
Dios en el desierto. Dios ordenó a Moisés que invitase a los hijos de
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Israel a traer sus ofrendas. Fué autorizado a aceptar dádivas de todo
hombre que diera espontáneamente y de corazón. Estas ofrendas
liberales llegaron en tal abundancia que Moisés proclamó que era
suficiente. Ellos debieron suspender sus ofrendas porque habían
dado abundantemente, mucho más de lo que podían usar.
Las tentaciones de Satanás tienen éxito con los profesos seguido-
res de Cristo en cuanto a la indulgencia en los placeres y el apetito.
Vestido como un ángel de luz, él cita la Escritura para justificar las
tentaciones que coloca delante de los hombres para complacer el
apetito, y los placeres mundanales que agradan al corazón carnal.
Los profesos seguidores de Cristo son débiles en poder moral y
están fascinados con el soborno que Satanás ha presentado delante
de ellos, y él obtiene la victoria.
¿Cómo ve Dios a las iglesias que se sostienen con tales medios?
Cristo no puede aceptar esas ofrendas, porque no fueron dadas por
su amor y devoción por él sino debido a su idolatría del yo. Pero,
lo que muchos no harían por el amor de Cristo lo harán por amor
de manjares refinados que complacen el apetito y por amor a los
placeres mundanales que agradan al corazón carnal.—
Ibid. 13 de
octubre de 1874
.
Se registran los motivos de dar
—Me fué mostrado que el ángel
que anota lleva un registro fiel de cada ofrenda dedicada a Dios y
puesta en la tesorería, y también del resultado final de los recursos así
empleados. El ojo de Dios lleva cuenta de cada blanca consagrada a
su causa y la buena voluntad o la renuencia del dador. También se