Página 33 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Isaías 58: un precepto divino
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pretación del Evangelio es la unión de la obra en favor del cuerpo y
del alma, tal como Cristo la realizó.—
The Review and Herald, 4 de
marzo de 1902
.
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El consejo es explícito
—No tengo temor por los obreros que
están empeñados en la obra representada en el capítulo cincuenta y
ocho de Isaías. Ese capítulo es explícito y es suficiente para iluminar
a cualquiera que desee hacer la voluntad de Dios. Hay muchas opor-
tunidades para que todos sean una bendición para la humanidad. El
mensaje del tercer ángel no debe ser relegado a segundo término
en esta obra, sino que debe ser uno con ella. Puede haber y hay un
peligro al esconder los grandes principios de la verdad cuando reali-
zamos la obra que debe ser hecha. Esta obra ha de ser para el mensaje
lo que la mano es para el cuerpo. Las necesidades espirituales del
alma deben estar en primer término.—
Carta 24, 1898
.
La obra que Dios nos ha señalado
—No puedo instar demasia-
do a todos los miembros de nuestras iglesias, a todos los que son
verdaderos misioneros, a todos los que creen el mensaje del tercer
ángel, a todos los que apartan su pie del sábado, para que conside-
ren el mensaje del
capítulo 58
de Isaías. La obra de beneficencia
ordenada en dicho capítulo es la que Dios requiere que su pueblo
haga en este tiempo. Es obra señalada por él. No nos deja en duda
en cuanto a dónde se aplica el mensaje, y al momento de su cumpli-
miento señalado, porque leemos: “Y edificarán los de ti los desiertos
antiguos; los cimientos de generación y generación levantarás: y
serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para
habitar”.
Vers. 12
. El monumento recordativo de Dios, el sábado o
séptimo día, recuerdo de la obra que hizo al crear el mundo, ha sido
desplazado por el hombre de pecado. El pueblo de Dios tiene una
obra especial que hacer para reparar la brecha que ha sido abierta
en su ley; y cuanto más nos acercamos al fin, más urgente se vuelve
esta obra. Todos los que amen a Dios demostrarán que llevan su
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sello observando sus mandamientos. ...
Cuando la iglesia acepte la obra que Dios le dió, se cumplirá la
promesa que se le hizo: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu
salud se dejará ver presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de
Jehová será tu retaguardia”.—
Joyas de los Testimonios 2:503, 505
.
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