Página 281 - El Ministerio de Curacion (1959)

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La verdadera educación prepara para la obra misionera
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y su gracia nos son otorgados en maravillosa medida. Nos ha dado la
Luz y la Majestad de los cielos, y con él nos ha concedido todos los
tesoros del cielo. Además de lo mucho que nos ha prometido para
la vida futura, nos concede con regia largueza dones para la vida
presente. Como súbditos de su gracia, desea que gocemos de todo
cuanto ennoblece, expansiona y realza nuestro carácter. Aguarda él
para inspirar a la juventud el poder de lo alto, a fin de que perma-
nezca bajo la bandera ensangrentada de Cristo, trabajando como él
trabajó, para guiar a las almas por senderos seguros y afirmar los
pies de muchos sobre la Roca de los siglos.
Cuantos procuren trabajar en armonía con el plan divino de
educación recibirán su gracia auxiliadora, su continua presencia, su
poder que los guardará. A todos les dice:
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas
ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo.” “No te dejaré, ni
te desampararé.”
Josué 1:9, 5
.
“Porque como desciende de los cielos la lluvia, y la nieve,
y no vuelve allá,
sino que harta la tierra, y la hace germinar y producir,
y da simiente al que siembra, y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
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antes hará lo que yo quiero,
y será prosperada en aquello para que la envié.
Porque con alegría saldréis,
y con paz seréis vueltos;
los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros,
y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.
En lugar de la zarza crecerá haya,
y en lugar de la ortiga crecerá arrayán:
y será a Jehová por nombre,
por señal eterna que nunca será raída.”
Isaías 55:10-13
.
En el mundo entero la sociedad está en desorden, y se nece-
sita una transformación radical. La educación dada a la juventud
moldeará toda la organización social.