Dejó el trono celestial, 1 de junio
El cual, siendo en forma de Dios... se despojó a sí mismo... hecho
semejante a los hombres; y... se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2:6-8
.
A fin de apreciar plenamente el valor de la salvación, es necesario
comprender cuál ha sido su costo. Como consecuencia de las ideas limitadas
referentes a los sufrimientos de Cristo, muchos estiman en poco la gran obra
de la expiación. El glorioso plan proyectado para la salvación del hombre se
puso por obra mediante el amor infinito de Dios Padre. En este plan divino
se ve la manifestación más admirable del amor de Dios hacia la especie
caída. Un amor como el que se manifiesta en el don del amado Hijo de
Dios asombraba a los ángeles. “Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna”.
Juan 3:16
. Este Salvador era el esplendor
de la gloria del Padre, y la imagen expresa de su persona. Divinamente
majestuoso, perfecto y excelente, era igual a Dios. “Agradó al Padre que en
él habitase toda plenitud”.
Colosenses 1:19
...
Cristo consintió en morir en lugar del pecador, a fin de que el hombre,
mediante una vida de obediencia, pudiese escapar de la penalidad de la ley
de Dios.—
Joyas de los Testimonios 1:217
. (Traducción revisada.)
Jesús era la majestad del cielo, el amado comandante de los ángeles,
quienes se complacían en hacer la voluntad de él. Era uno con Dios “en el
seno del Padre” (
Juan 1:18
), y sin embargo no pensó que era algo deseable
ser igual a Dios mientras el hombre estuviera perdido en el pecado y la
desgracia. Descendió de su trono, dejó la corona y el cetro reales, y revistió
su divinidad con humanidad. Se humilló a sí mismo hasta la muerte de cruz
para que el hombre pudiera ser exaltado a un sitial con Cristo en su trono.
En él tenemos una ofrenda completa, un sacrificio infinito, un poderoso
Salvador, que puede salvar hasta lo último a todos los que vienen a Dios
por medio de él. Con amor, viene a revelar al Padre, a reconciliar al hombre
con Dios, a hacerlo una nueva criatura, renovada de acuerdo con la imagen
de Aquel que lo creó.—
Mensajes Selectos 1:377, 378
.
[161]
164