¡Mirad hacia arriba! 30 de diciembre
Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al
corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido,
que su pecado es perdonado.
Isaías 40:1, 2
.
En los días más sombríos de su largo conflicto con el mal, le fueron
dadas a la iglesia de Dios revelaciones del propósito eterno de Jehová. Se
permitió a sus hijos que mirasen más allá de las pruebas presentes hacia
los triunfos futuros, al tiempo cuando, habiendo terminado la lucha, los
redimidos entrarán en posesión de la tierra prometida. Estas visiones de
gloria futura, cuyas escenas fueron descriptas por la mano de Dios, deben
ser apreciadas por su iglesia hoy, cuando se está acercando rápidamente el
fin de la controversia secular y se han de cumplir en toda su plenitud las
bendiciones prometidas.—
La Historia de Profetas y Reyes, 533
.
A nosotros que estamos a punto de ver su cumplimiento, ¡de cuánto
significado, de cuán vivo interés, son estos delineamientos de las cosas
por venir, acontecimientos por los cuales, desde que nuestros primeros
padres dieron la espalda al Edén, los hijos de Dios han estado velando y
aguardando, anhelando y orando!
Compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y
la agitación de las actividades terrenales; pero pronto aparecerá nuestro
Salvador para traer liberación y descanso. Contemplemos por la fe el biena-
venturado más allá, tal como lo describió la mano de Dios. El que murió por
los pecados del mundo está abriendo de par en par las puertas del Paraíso
a todos los que creen en él. Pronto habrá terminado la batalla y se habrá
ganado la victoria. Pronto veremos a Aquel en quien se cifran nuestras
esperanzas de vida eterna. En su presencia las pruebas y los sufrimientos
de esta vida resultarán insignificantes. De lo que existió antes “no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento”.
Isaías 65:17
. “No perdáis pues
vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón: porque la
paciencia os es necesaria; para que, habiendo hecho la voluntad de Dios,
obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá,
y no tardará”.
Hebreos 10:35-37
. Israel es salvo... con salud eterna; no os
avergonzaréis, ni os afrentaréis, por todos los siglos”.
Isaías 45:17
.—
Ibid.
540, 541
.
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