Capítulo 51—Una preparación práctica
El trabajo manual útil es parte del plan del evangelio. El gran
Maestro, envuelto en la columna de nube, dio a Israel directivas para
que a todo joven se le enseñara algún trabajo útil. Por lo tanto, era
costumbre de los judíos, tanto de las clases más ricas como de las
más pobres, enseñar a sus hijos e hijas algún oficio útil, para que si
se presentaban circunstancias adversas, no tuvieran que depender de
otros, sino que pudieran proveer a sus propias necesidades. Podían
ser instruidos en los ramos literarios, pero debían también adiestrarse
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en algún oficio. Esto era considerado como parte indispensable de
su educación.
La educación equilibrada
Ahora, como en los días de Israel, todo joven debe ser instruido
en los deberes de la vida práctica. Cada uno debe adquirir cierto
conocimiento de algún ramo manual por medio del cual, si fuera
necesario, pueda ganarse la vida. Esto es esencial, no solo como una
salvaguardia contra las vicisitudes de la vida, sino por su influencia
sobre el desarrollo físico, mental y espiritual. Aun cuando fuera
seguro de que uno no habría de necesitar recurrir al trabajo manual
para su sustento, se le debiera enseñar a trabajar. Sin ejercicio físico,
nadie puede tener una constitución sana y salud vigorosa; y la disci-
plina del trabajo bien regulado no es menos esencial para obtener un
espíritu fuerte y activo que para adquirir un carácter noble.
Los alumnos que han obtenido conocimiento de los libros sin ad-
quirir un conocimiento del trabajo práctico no pueden aseverar que
tienen una educación simétrica. Las energías que debieran haberse
consagrado a los quehaceres de diversos ramos, han sido descui-
dadas. La educación no consiste en usar solamente el cerebro. El
trabajo físico también es parte de la educación esencial para todo
joven. Falta una fase importante de la educación si no se enseña al
alumno a dedicarse a un trabajo útil.
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