Capítulo 58—Los jóvenes están llamados a ser
obreros
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Hay muchos jóvenes cristianos que pueden hacer una buena obra
si quieren aprender lecciones del gran Maestro en la escuela de
Cristo. Aunque los pastores, evangelistas y maestros descuidaran la
búsqueda de los perdidos, no descuiden los niños y jóvenes el poner
en práctica la Palabra [...].
Vayan los jóvenes, las señoritas y los niños a trabajar en el
nombre de Jesús. Únanse teniendo en vista algún plan y orden de
acción. ¿No pueden formar un grupo de obreros y fijar un tiempo
para orar juntos y pedir al Señor que les dé su gracia, y emprender
una acción unida? Deberían consultar a hombres que aman y temen a
Dios y que tienen experiencia en la obra, para que, bajo los impulsos
del Espíritu de Dios, puedan formar planes y desarrollar métodos los
cuales puedan trabajar seriamente en procura de resultados seguros.
El Señor ayudará a los que quieran usar para gloria de su nombre
las aptitudes que les ha confiado. ¿Llegarán a ser misioneros activos
nuestros jóvenes que creen la verdad? [...].
Trabajar con fe
A medida que trabajen por otros, el poder divino del Espíritu
obrará sobre su espíritu, porque ellos han sido comprados por la
sangre del Hijo unigénito de Dios. Solo podremos tener éxito en
ganar las almas por las cuales Cristo murió, si dependemos de la
gracia y el poder de Dios para hacer la obra de convencer y convertir
el corazón. Mientras les presenten la verdad de Dios, la incredulidad
y la duda lucharán por mantener el dominio de la mente; pero dejen
que la palabra empeñada de Dios expulse la duda de su corazón.
Crean lo que Dios dice, y trabajen con fe. Satanás se presentará
con sus sugestiones para hacerlos desconfiar de la palabra del Padre
celestial, pero consideren que “todo lo que no procede de la fe, es
pecado”
Acicateen su fe hasta que sobrepase la tenebrosa sombra
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