Página 213 - Mensajes para los J

Basic HTML Version

Muchos ramos de trabajo
209
pueda realizar mayor bien o ganar más joyas que brillen en la corona
de su regocijo. Puede llevar la gracia de Cristo como dulce fragancia
a todas las habitaciones de los enfermos que visite; puede llevar
el verdadero bálsamo sanador al enfermo de pecado. Puede dirigir
la atención del enfermo moribundo hacia el Cordero de Dios que
[156]
quita el pecado del mundo. No debería prestar oído a la sugerencia
de que es peligroso hablar de los intereses eternos a aquellos cuya
vida está en peligro, no sea que empeoren; pues en nueve casos
de diez, el conocimiento del Salvador que perdona los pecados los
mejoraría mental y corporalmente. Jesús puede limitar el poder de
Satanás. Él es el médico en quien puede confiar la persona enferma
de pecado para que la sane tanto de los males del cuerpo como de
los del espíritu.—
Testimonios para la Iglesia 5:424
.
En casi todas las poblaciones hay muchos que no escuchan
la predicación de la Palabra de Dios ni asisten a ningún servicio
religioso. Para que conozcan el evangelio, hay que llevárselo a sus
casas. Muchas veces la atención prestada a sus necesidades físicas
es la única manera de llegar a ellos. Los enfermeros misioneros que
cuidan a los enfermos y alivian la miseria de los pobres encontrarán
muchas oportunidades para orar con ellos, leerles la Palabra de Dios
y hablarles del Salvador. Pueden orar con los desamparados que no
tienen fuerza de voluntad para dominar los apetitos degradados por
las pasiones. Pueden llevar un rayo de esperanza a los vencidos y
desalentados. Su amor abnegado, manifestado en actos de bondad
desinteresada, ayudará a esos dolientes a creer en el amor de Cristo.—
El Ministerio de Curación, 103
.
El ministerio
No se debe rebajar la importancia del ministerio evangélico. No
se debería dirigir ninguna empresa de modo tal que haga aparecer
el ministerio de la palabra como asunto inferior. No es así. Los
que rebajan el ministerio, rebajan a Cristo. El ministerio, en sus
diferentes aspectos, es el más elevado de los trabajos, y debería
hacerse presente a los jóvenes que no hay obra más bendecida por
Dios que la del ministerio evangélico.
No se debe disuadir a nuestros jóvenes de entrar en el ministerio.
Existe el peligro de que mediante deslumbradoras representaciones