Sección 9—La lectura y la música
Jóvenes y señoritas, lean la literatura que les dará verdadero
conocimiento y que será una ayuda para toda la familia. Digan
firmemente: “No pasaré momentos preciosos leyendo lo que no sea
de provecho para mí y que únicamente me incapacite para ser de
utilidad a otros. Dedicaré mi tiempo y mis pensamientos a adquirir
idoneidad para el servicio de Dios. Cerraré mis ojos a cosas
frívolas y pecaminosas. Mis oídos son del Señor y no escucharé el
razonamiento sutil del enemigo. Mi voz no estará de ningún modo
sujeta a una voluntad que no se halle bajo la influencia del Espíritu
de Dios. Mi cuerpo es el templo del Espíritu Santo, y toda facultad
de mi ser será consagrada a ocupaciones dignas””.—
Testimonios
para la Iglesia 7:65
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