Página 279 - Mensajes para los J

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Capítulo 97—Un uso indebido de la música
Los ángeles andan alrededor de esa morada. En ella se celebra
una reunión de jóvenes; se oye el sonido de música instrumental y
vocal. Allí hay cristianos reunidos, pero ¿qué es lo que se oye? Es
un canto, una frívola cantinela, propia de un salón de baile. He aquí,
los ángeles puros retraen su luz, y la oscuridad envuelve a los que
están en la casa. Los ángeles se apartan de la escena. Sus rostros
están tristes. He aquí que lloran. Vi repetirse esto varias veces en las
filas de los observadores del sábado, y especialmente en ________-
_______. La música ha ocupado las horas que debían ser dedicadas
a la oración. La música es el ídolo adorado por muchos cristianos
profesos observadores del sábado. Satanás no hace objeción a la
música si puede hacer de ella el medio para tener acceso a la mente
de los jóvenes. Cualquier cosa que aparte la mente de Dios y ocupe
el tiempo que debiera ser dedicado a su servicio, convendrá a su
propósito. Para su trabajo utiliza los medios que ejercen la más
fuerte influencia para mantener al mayor número en una infatuación
agradable, mientras son paralizados por su poder. La música es una
bendición si se la aprovecha bien, pero con frecuencia resulta uno
de los más atrayentes instrumentos de Satanás para hacer caer a
las almas. Cuando se abusa de ella, a los que no son consagrados
los conduce al orgullo, a la vanidad y a la frivolidad. Cuando se
permite que ocupe el lugar de la devoción y la oración, es una
maldición terrible. Los jóvenes se reúnen para cantar, y, aunque son
cristianos profesos, deshonran con frecuencia a Dios y su fe con su
conversación frívola y la música que eligen. La música sagrada no
es de su gusto. Mi atención fue dirigida a las sencillas enseñanzas
de la Palabra de Dios que habían sido pasadas por alto. En el juicio,
todas estas palabras inspiradas condenarán a los que no les prestaron
atención.—
Testimonies for the Church 1:506
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