Capítulo 102—La responsabilidad individual
Nuestro Padre celestial no exige ni más ni menos que aquello que
él nos ha dado la capacidad de efectuar. No coloca sobre sus siervos
ninguna carga que no puedan llevar. “Él conoce nuestra condición,
se acuerda de que somos polvo”
Todo lo que él exige de nosotros
podemos cumplirlo mediante la gracia divina.
“A quien se le dio mucho, mucho se le reclamará”
Se nos
hará individualmente responsables si hacemos una jota menos de lo
que podríamos efectuar con nuestra capacidad. El Señor mide con
exactitud toda posibilidad de servicio. Hemos de dar cuenta tanto de
las facultades no empleadas como de las que se aprovechan. Dios
nos tiene por responsables de todo lo que llegaríamos a ser por medio
del uso debido de nuestros talentos. Seremos juzgados de acuerdo
con lo que debiéramos haber hecho, pero no efectuamos por no
haber usado nuestras facultades para glorificar a Dios. Aun cuando
no perdamos nuestra vida, en la eternidad nos daremos cuenta del
resultado de los talentos que dejamos sin usar. Habrá una pérdida
eterna por todo el conocimiento y la habilidad que podríamos haber
obtenido y no obtuvimos.
Pero cuando nos entregamos completamente a Dios y en nuestra
obra seguimos sus instrucciones, él mismo se hace responsable de
su realización. Él no quiere que conjeturemos en cuanto al éxito
de nuestros sinceros esfuerzos. No debemos pensar en el fracaso.
Hemos de cooperar con Uno que no conoce el fracaso.
No debemos hablar de nuestra propia debilidad o incapacidad.
Esto es una manifiesta desconfianza en Dios, una negación de su
Palabra. Cuando murmuramos a causa de nuestras cargas, o re-
chazamos las responsabilidades que él nos llama a llevar, estamos
prácticamente diciendo que él es un amo duro, que exige lo que no
nos ha dado poder para hacer.—
Palabras de Vida del Gran Maestro,
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