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Capítulo 125—El amor a los placeres mundanos
Es un hecho alarmante que el amor al mundo predomina en la
mente de los jóvenes. Muchos se conducen como si las preciosas
horas de gracia, mientras la misericordia se prolonga, fuesen un
gran día de fiesta y ellos estuvieran en el mundo tan solo para
divertirse, para satisfacerse con una excitación continua. Hallan
sus placeres en el mundo y las cosas del mundo, y son extraños al
Padre y a las gracias del Espíritu. Muchos son descuidados en su
conversación. Prefieren olvidar que serán justificados o condenados
por sus palabras. La frivolidad, las conversaciones y las risas vacías
y vanas que caracterizan la vida de muchos de nuestros jóvenes,
deshonran a Dios [...].
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Satanás hace esfuerzos especiales para inducirlos a encontrar su
felicidad en los placeres mundanos, y a justificarse, esforzándose
por mostrar que esas diversiones son inofensivas, inocentes y hasta
importantes para la salud. Presenta la senda de la santidad como
si fuera difícil, mientras muestra la del placer mundano como si
estuviese cubierta de flores.
Despliega ante los jóvenes el mundo y sus placeres con colores
atractivos pero falsos. Mas pronto llegarán a su fin los placeres
de la tierra, y se habrá de cosechar lo que se ha sembrado. ¿Son
demasiado valiosos los atractivos personales, las aptitudes o los
talentos, como para dedicarlos a Dios, el Autor de nuestro ser, quien
nos observa continuamente? ¿Son nuestras cualidades demasiado
preciosas como para ser dedicadas a Dios?
El camino de la sabiduría
Los jóvenes arguyen con frecuencia que necesitan algo para
avivar y distraer la mente. La esperanza del cristiano es precisa-
mente lo que se necesita. La religión resultará para el cristiano un
consuelo, una guía segura hacia la Fuente de la verdadera felicidad.
Los jóvenes deberían estudiar la Palabra de Dios y entregarse a la
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