Página 360 - Mensajes para los J

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Capítulo 131—La recreación cristiana
Mientras estamos procurando refrescar nuestro ánimo y vigori-
zar nuestro cuerpo, Dios requiere de nosotros que empleemos todas
nuestras facultades en todo momento con el mejor propósito. Po-
demos y debemos dirigir nuestras recreaciones de tal manera que
nos dejen en mejores condiciones para desempeñar con éxito los
deberes que nos incumben, y que se acreciente el beneficio de nues-
tra influencia sobre aquellos con quienes tratamos. Podemos volver
de esas ocasiones a nuestros hogares con mejor ánimo, refrigerados
físicamente, y preparados para reanudar nuestro trabajo con más
esperanza y valor [...].
Estamos aquí para beneficiar a la humanidad y a la sociedad;
pero si permitimos que nuestra mente vaya por el cauce bajo, por el
cual muchos buscan solamente la vanidad y la insensatez, ¿cómo po-
dremos beneficiar a nuestra especie y a nuestra generación? ¿Cómo
podemos ser una bendición para la sociedad que nos rodea? [...].
Principios en contraste
Entre las compañías frecuentadas por los seguidores de Cristo
para obtener recreación cristiana, y las reuniones mundanas para
obtener placer y diversión, existirá un notable contraste. En vez de la
oración y mención del nombre de Cristo y de temas espirituales, se
oirá de los labios de los mundanos la risa insensata y la conversación
trivial. El objetivo es divertirse en forma general. Sus diversiones
comienzan con insensatez y terminan con vanidad. Debemos con-
ducirnos y dirigir nuestras reuniones de tal manera que, al volver
a nuestros hogares, podamos tener una conciencia libre de ofensa
hacia Dios y los hombres; una seguridad de que no hemos herido ni
perjudicado en nada a aquellos con quienes nos hemos relacionado,
ni hemos ejercido una influencia perjudicial sobre ellos.
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La mente natural se inclina hacia el placer y la complacencia
propia. Es política de Satanás fabricarlos en abundancia. Él procura
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