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Mensajes para los Jóvenes
conversación, sabiendo que aquel a quien han ligado su destino no
se interesa en esas cosas. Satanás los va rodeando así insidiosamente
de una red de escepticismo, y se pierde de su corazón la fe en la
preciosa verdad.
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Satanás hace un esfuerzo premeditado por asegurar a los jóvenes
en el pecado, pues así tiene asegurado al hombre. El enemigo de
los seres humanos está lleno de intenso odio contra todo esfuerzo
tendiente a influir en los jóvenes para que sigan la debida dirección.
Odia todo lo que dé un concepto correcto de Dios y de Cristo. Dirige
especialmente sus esfuerzos contra quienes se hallan favorablemente
situados para recibir la luz del cielo, pues sabe que cualquier movi-
miento de parte de ellos para ponerse en contacto con Dios les dará
poder para resistir sus tentaciones. Se presenta a los jóvenes con
sus engañosos ardides, en forma de ángel de luz, y con demasiada
frecuencia consigue llevarlos paso a paso fuera de la senda del deber.
Las relaciones debidas
Las personas jóvenes que se relacionan con otras pueden hacer de
estas relaciones una bendición o una maldición. Pueden edificarse,
fortalecerse y bendecirse mutuamente, mejorando en conducta, tem-
peramento y conocimientos, o por el hecho de volverse descuidados
e infieles bien pueden ejercer una influencia desmoralizadora.—
The
Youth’s Instructor, 10 de agosto de 1899
.
Los matrimonios precipitados
Satanás se ocupa constantemente en apresurar a los jóvenes sin
experiencia a contraer matrimonio. Pero cuanto menos nos gloriemos
en los matrimonios que se realizan ahora, tanto mejor. Una vez
comprendidos la naturaleza sagrada y los requisitos del matrimonio,
el cielo lo aprobará y el resultado será la felicidad de ambas partes,
y Dios será glorificado [...].
La verdadera religión ennoblece la mente, refina el gusto, santi-
fica el criterio, y hace a su poseedor participante de la pureza y las
influencias del cielo; acerca más a los ángeles y lo separa cada vez
más a uno del espíritu y la influencia del mundo.—
Testimonios para
la Iglesia 2:228
.