Página 95 - Mensajes para los J

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Hacia adelante y hacia arriba
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Dios no es irrazonable
La iglesia de Dios está compuesta de vasos grandes y pequeños.
El Señor no pide nada que sea irrazonable. No espera que los vasos
más pequeños tengan la capacidad de los más grandes. Espera re-
tribución de acuerdo con lo que el hombre tiene, y no de acuerdo
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con lo que no tiene. Hagan lo mejor que puedan, y Dios aceptará
los esfuerzos de ustedes. Emprendan el cumplimiento del deber que
tengan más a mano y llévenlo a cabo con fidelidad, y el trabajo será
completamente aceptable para el Maestro. En el deseo de hacer algo
grande, no pasen por alto las tareas más pequeñas que les espera.
Guárdense de descuidar la oración secreta y el estudio de la
Palabra de Dios. Estas son las armas contra aquel que se esfuerza
por obstaculizar el progreso hacia el cielo. El primer descuido de
la oración y del estudio de la Biblia hace más fácil el segundo. La
primera resistencia a los ruegos del Espíritu prepara el camino para
la segunda. De este modo se endurece el corazón y se hace insensible
la conciencia.
Por otra parte, cada resistencia a la tentación hace más fácil la
resistencia. Cada negación de sí mismo hace más fácil la abnegación.
Cada victoria ganada prepara el camino para una nueva victoria.
Cada resistencia a la tentación, cada acto de abnegación, cada triunfo
sobre el pecado, constituye una semilla sembrada para vida eterna.
Cada acto altruista da nueva fuerza a la espiritualidad. Nadie puede
tratar de parecerse a Cristo sin hacerse noble y fiel.
Desarrollar la confianza
El Señor reconocerá todo esfuerzo que hagan para alcanzar el
ideal que él tiene para ustedes. Cuando fracasen, cuando por traición
sean inducidos a pecar, no se sientan imposibilitados para orar, no
se sientan indignos de presentarse ante el Señor. “Hijitos míos, esto
os escribo para que no pequéis. Pero si alguno hubiera pecado,
Abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo el Justo”
Él espera
con brazos extendidos para dar la bienvenida al hijo pródigo. Vayan
a él y cuéntenle sus errores y fracasos. Pídanle que los fortifique
para un renovado esfuerzo. Nunca los chasqueará, nunca burlará la
confianza de ustedes.