Página 107 - Mensajes Para los J

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Capítulo 28—Como ser fuertes
Cristo ha hecho toda provisión para que seamos fuertes. Nos ha
dado su Espíritu Santo, cuyo oficio es recordarnos todas las promesas
que Cristo ha hecho, para que tengamos paz y una dulce sensación
de perdón. Si tan sólo mantenemos los ojos fijos en el Salvador
y confiamos en su poder, seremos llenados de una sensación de
seguridad, pues la justicia de Cristo llegará a ser nuestra justicia...
Lo deshonramos hablando de nuestra ineficiencia. En vez de
mirarnos a nosotros mismos, contemplemos constantemente a Jesús,
haciéndonos de día en día más y más parecidos a él, más y más
aptos para hablar acerca de él, mejor preparados para valernos de su
bondad y espíritu servicial, y para recibir las bendiciones que se nos
ofrecen.
Al vivir así en comunión con él, nos fortalecemos en su fuerza,
nos hacemos una ayuda y bendición para los que nos rodean.
Si tan sólo hiciéramos lo que el Señor desea que hagamos, nues-
tros corazones llegarían a ser como arpas sagradas cada una de cuyas
cuerdas cantaría alabanza y gratitud al Redentor enviado por Dios
para quitar el pecado del mundo...
Contemplad su gloria
Cuando las tentaciones os asalten, como ciertamente ocurrirá,
cuando la preocupación y la perplejidad os rodeen, cuando, desani-
mados y angustiados, estéis a punto de entregaros a la desesperación,
mirad, oh mirad hacia donde visteis con el ojo de la fe por última
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vez la luz, y la oscuridad que os rodee se disipará a causa del brillo
de su gloria.
Cuando el pecado luche por enseñorearse de vuestra alma y
abrume la conciencia, cuando la incredulidad nuble la mente, acudid
al Salvador. Su gracia es suficiente para dominar el pecado. El nos
perdonará y nos hará gozosos en Dios...
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