Capítulo 40—El ejercicio de la voluntad
La Religion pura tiene que ver con la voluntad. La voluntad es
el poder que gobierna en la naturaleza del hombre, poniendo a las
demás facultades bajo su dominio. La voluntad no es el gusto ni la
inclinación, sino el poder de decidir, que obra en los hijos de los
hombres para obediencia o desobediencia a Dios.
La inestabilidad y la duda
Eres un joven inteligente; deseas hacer de tu vida algo que al fin
te haga apto para el cielo. Con frecuencia te desanimas al encontrarte
débil en poder moral, esclavo de la duda y gobernado por los hábitos
y las costumbres de tu vieja vida de pecado. Encuentras que tus
emociones te son infieles a ti, a tus mejores resoluciones, y a tus
más solemnes promesas. Nada parece real. Tu propia inestabilidad
te induce a dudar de la sinceridad de los que te quisieran hacer bien.
Cuanto más luchas en la duda, más irreal te parece todo, hasta el
punto de creer que en ninguna parte hallarás terreno sólido. Tus
promesas son como telas de araña, y consideras a la misma luz irreal
las palabras y las obras de aquellos en quienes deberías confiar.
La fuerza obtenida por la sumisión de la voluntad
Estarás en constante peligro hasta que comprendas la verdadera
fuerza de la voluntad. Podrás creer y prometer todas las cosas, pero
tus promesas o tu fe no tendrán valor hasta que hayas puesto la
voluntad del lado de la fe y la acción. Si peleas la batalla de la fe
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con toda la fuerza de la voluntad, vencerás. No puedes confiar en tus
sentimientos, tus impresiones, tus emociones, pues no son dignos de
confianza, especialmente con tus ideas pervertidas; y el conocimien-
to de tus promesas quebrantadas y tus votos no cumplidos debilita
tu confianza en ti mismo y la fe de otros en ti.
Pero no tienes por qué desesperar. Debes estar resuelto a creer
aunque nada te parezca real ni verdadero. No necesito decirte que
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