Muchos ramos de trabajo
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de bondad desinteresada, ayudará a esos dolientes a creer en el amor
de Cristo.—
El Ministerio de Curación, 103
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El ministerio
No se debe rebajar la importancia del ministerio evangélico. No
se debería dirigir ninguna empresa de modo tal que haga aparecer
el ministerio de la palabra como asunto inferior. No es así. Los
que rebajan el ministerio, rebajan a Cristo. El ministerio, en sus
diferentes aspectos, es el más elevado de los trabajos, y debería
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hacerse presente a los jóvenes que no hay obra más bendecida por
Dios que la del ministro evangélico.
No se debe disuadir a nuestros jóvenes de entrar en el ministerio.
Existe el peligro de que mediante deslumbradoras representaciones
algunos sean apartados del camino por el cual Dios quiere que
anden. Algunos, que deberían estar preparándose para entrar en el
ministerio, han sido animados a seguir un curso médico de estudio.
El Señor pide más ministros para trabajar en su viña. Se ha dicho;
“Fortaleced las avanzadas; tened fieles centinelas en todas partes
del mundo”. Dios os llama, jóvenes. El llama a ejércitos enteros de
jóvenes de mente y corazón amplios, y que tengan amor profundo
por Cristo y la verdad.—
Testimonios para la Iglesia 6:411
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La obra misionera en el extranjero
Se necesitan hombres jóvenes. Dios los llama a los campos
misioneros. Ellos están relativamente libres de cuidados y respon-
sabilidades, y en situación más favorable para ocuparse en la obra,
que aquellos que tienen que proveer el sostén y la educación de
una familia numerosa. Además, los jóvenes pueden adaptarse más
fácilmente a nuevos climas y sociedades y pueden soportar mejor
los inconvenientes y las durezas. Con tacto y perseverancia pueden
hallar acceso a las personas en el lugar donde están.—
Testimonios
para la Iglesia 5:393
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