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La influencia de las compañías
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Capítulo la medida de la fuerza
La fuerza de carácter consiste en dos cosas: la fuerza de voluntad
y el dominio propio. Muchos jóvenes consideran equivocadamente
la pasión fuerte y sin control como fuerza de carácter; pero la verdad
es que el que es dominado por sus pasiones es un hombre débil.
La verdadera grandeza y nobleza del hombre se mide por su poder
de subyugar sus sentimientos, y no por el poder que tienen sus
sentimientos de subyugarlo a él. El hombre más fuerte es aquel que,
aunque sensible al maltrato, refrena sin embargo la pasión y perdona
a sus enemigos.
Dios nos ha dado fuerza intelectual y moral, pero en extenso
grado, cada uno es arquitecto de su propio carácter. Cada día la
estructura se acerca más a su terminación. La Palabra de Dios nos
amonesta a prestar atención a cómo edificamos, a cuidar de que
nuestro edificio esté fundado en la roca eterna. Se acerca el mo-
mento en que nuestra obra quedará revelada tal cual es. Ahora es
el momento en que todos han de cultivar las aptitudes que Dios les
ha dado y formar un carácter que los haga útiles aquí y les permita
alcanzar la vida superior más allá.
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La fe en Cristo como Salvador personal dará fuerza y solidez al
carácter. Los que tienen verdadera fe en Cristo serán serios, recor-
dando que el ojo de Dios los ve, que el Juez de todos los hombres
pesa el valor moral, que los seres celestiales observan qué clase de
carácter están formando.
La razón por la cual los jóvenes cometen tan graves errores,
reside en que no aprenden por la experiencia de los que han vivido
más que ellos. Los estudiantes no pueden deshacerse con escarnio
o ridículo de los consejos e instrucciones de los padres y maestros.
Deben apreciar toda lección, comprendiendo al mismo tiempo su
necesidad de una enseñanza más profunda de la que puede dar
cualquier ser humano. Cuando mora Cristo en el corazón por la
fe, su Espíritu llega a ser un poder que purifica y vivifica el alma.
Cuando la verdad está en el corazón no puede dejar de ejercer una
influencia correctora sobre la vida...
Recuerden los alumnos que están lejos de sus hogares y no
ya bajo la influencia directa de sus padres, que el ojo de su Padre
celestial los ve. El ama a los jóvenes. Conoce sus necesidades y