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Capítulo 153—Matrimonios prudentes e
imprudentes
Los matrimonios prematuros son causa de una vasta cantidad
de los males que existen hoy. Cuando se contrae matrimonio en un
época demasiado temprana de la vida, no se fomenta la salud física ni
el vigor mental. Se razona enteramente poco en cuanto a este asunto.
Muchos jóvenes proceden por impulso. Con demasiada frecuencia
dan precipitadamente este paso, que los afecta seriamente para bien
o mal, que puede ser una bendición o una maldición para toda la
vida. Muchos no quieren escuchar la voz de la razón o instrucción
desde un punto de vista cristiano...
Hoy está el mundo lleno de miseria y pecado a consecuencia
de los matrimonios mal concertados. En muchos casos se requieren
sólo pocos meses para que el esposo o la esposa se percaten de que
sus temperamentos nunca podrán armonizar, y el resultado es que
reina en el hogar la discordia, cuando sólo deberían existir el amor y
la armonía del cielo.
Las discusiones por asuntos triviales cultivan un espíritu amargo.
Los francos desacuerdos y los altercados sobre asuntos triviales cau-
san indescriptible desdicha en el hogar, y separan a los que deberían
estar unidos por los lazos del amor. Miles se han sacrificado a sí
mismos, en alma y cuerpo, por causa de matrimonios imprudentes,
y han descendido por la senda de la perdición.
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En yugo desigual
Es cosa peligrosa formar una alianza mundana. Satanás sabe bien
que en la hora en que se consagra el matrimonio de muchos jóvenes
de ambos sexos se cierra la historia de su experiencia religiosa y su
utilidad. Quizá por un tiempo se empeñen en vivir la vida cristiana,
pero todos sus esfuerzos chocan con una influencia contraria a la
suya. En otro tiempo consideraban un privilegio hablar de su gozo y
esperanza, pero pronto pierden la disposición para tratar este tema de
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