La salud personal
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esposo haga más trabajo físico para aliviar el cerebro. El ejercicio
físico favorece la digestión. Si pudiera pasar parte del día haciendo
ejercicio físico, cuando no está urgido por un continuo esfuerzo en
una serie de reuniones, sería una ventaja para él, y no iría en detri-
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mento de su dignidad ministerial. Su ejemplo estaría de acuerdo con
el de nuestro divino Maestro.—
Testimonios para la Iglesia 2:503
.
El trabajo físico es una bendición, pero empleando mucho
tiempo en ello le roba a Dios del servicio que él requiere del
ministro
—El Hno. D es activo y está dispuesto a llevar cargas que
no están relacionadas con su llamado, y ha dejado que su mente
y su tiempo sean excesivamente absorbidos por cosas temporales.
Algunos ministros mantienen cierta dignidad que no está de acuerdo
con la vida de Cristo, y no están dispuestos a ser útiles y realizar
trabajo físico, según algunas ocasiones lo requieren, para aliviar las
tareas de sus hospedados, y librarlos de preocupaciones. El ejercicio
físico sería una bendición para ellos, más bien que un daño. Al
ayudar a otros se beneficiarán ellos mismos. Pero algunos van al
otro extremo. Cuando se requiere todo su tiempo y esfuerzo en la
causa de Dios, están dispuestos a trabajar y ser siervos de todos, aún
en las cosas temporales; y realmente roban a Dios el servicio que
requiere de ellos. Así asuntos triviales toman su tiempo precioso que
debiera dedicarse a los intereses de la causa de Dios.—
Testimonios
para la Iglesia 2:568
.
La dieta
Demasiada comida y muy poco ejercicio debilitan el poder
moral y mental
—Algunos de nuestros ministros comen abundante-
mente y no hacen suficiente ejercicio como para quemar los desechos
que se acumulan en el sistema. Ellos comen y después pasan la ma-
yor parte del tiempo sentados, leyendo, estudiando, o escribiendo,
cuando una parte de su tiempo debería emplearse sistemáticamente
en el trabajo físico. Nuestros ministros ciertamente quebrantarán su
salud a menos que sean más cuidadosos en no llenar demasiado el
estómago con una gran cantidad de alimentos aun cuando sean salu-
dables. Observé que ustedes Hno. y Hna. A, estaban en peligro en
este punto. La sobrealimentación no deja que fluyan libremente las
palabras y los pensamientos, y esa intensidad del sentimiento que es