Capítulo 15—Las relaciones de la familia pastoral
El hogar
El carácter verdadero del ministro se revela en el hogar
—
Lo que revela nuestro carácter verdadero no es tanto la religión
del púlpito como la de la familia. La esposa del ministro, sus hijos
y los que son empleados para ayudar en su familia son los mejor
preparados para juzgar la piedad de él. Un hombre bueno será una
bendición para su familia. Su religión hará mejores a su esposa, sus
hijos y sus ayudantes.—
El Hogar Cristiano, 322
.
El bienestar espiritual de su familia está primero que todo
—
Ninguna disculpa tiene el predicador por descuidar el círculo interior
en favor del círculo mayor. El bienestar espiritual de su familia está
ante todo. En el día del ajuste final de cuentas, Dios le preguntará
qué hizo para llevar a Cristo a aquellos de cuya llegada al mundo se
hizo responsable. El mucho bien que haya hecho a otros no puede
cancelar la deuda que él tiene con Dios en cuanto a cuidar de sus
propios hijos.—
Obreros Evangélicos, 215
.
Un ministro necesita mostrar consideración bondadosa co-
mo cabeza de la familia antes de tener éxito en la ganancia de
almas
—Usted debe mostrar en su hogar esa consideración bonda-
dosa, esa ternura, amor, delicadeza, paciencia noble, y verdadera
cortesía, que es digna de la cabeza del hogar, antes de tener éxito
en la ganancia de almas para Cristo.—
Testimonies for the Church
3:556
.
Algunos ministros son desviados de su trabajo por los víncu-
los del hogar
—Algunos predicadores se desvían fácilmente de su
obra. Se desaniman, o son apartados por los vínculos familiares, y
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dejan morir por falta de atención un interés naciente. La pérdida
que sufre la causa de esta manera, difícilmente puede estimarse.—
Obreros Evangélicos, 384
.
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