Página 151 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Males de la centralización y la colonización
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dice a cada uno: “Prestad atención”. La levadura de la influencia
es muy poderosa. Ya sea buena o mala, lo compenetra todo. Si se
permite que entre la levadura del egoísmo, la codicia y la crueldad,
someterá todas las propiedades del cuerpo a la fuerza corruptora. No
habrá entrañas de misericordia, ni tierna consideración, ni se luchará
contra rasgos de carácter objetables que se desarrollan con tanta
rapidez y se convierten en gigantes del mal. A menos que se extirpe
del alma esta raíz de amargura, continuará apareciendo, y por causa
de ella muchos serán contaminados.—
Manuscrito 131, 1899
.
La Review and Herald y la Pacific Press se me han presentado
como rivales. Las amonestaciones y advertencias que Dios les ha
enviado para producir una reforma, no han sido obedecidas. Cuan-
do llega el reproche se siente molestia y se despiertan sensaciones
desagradables; pero no se ha hecho la obra que debe efectuarse para
purificar estas instituciones del egoísmo, la codicia y las transaccio-
nes injustas...
[175]
Toda la luz y toda la evidencia que Dios os ha dado a manera
de reproche, las habéis descartado valiéndoos del proceso de racio-
nalización, y les habéis dado un sentido que no se entendía... Dios
se propone que las casas editoras, de donde salen nuestras publi-
caciones, sean canales vivientes de luz. ¿Por que no trabajáis para
establecer todas las ramas comerciales sobre principios rectos?—
Carta 150, 1899
.
El plan de Dios es la cooperación
—Que cada departamento
de nuestra obra, que cada institución conectada con nuestra causa,
se administre en forma considerada y generosa. Que cada rama de
la obra, mientras mantiene su carácter distintivo propio, procure
proteger, fortalecer y edificar a las demás ramas. Hombres de di-
versas habilidades y características son empleados para que hagan
funcionar las diversas ramas de la obra. Este ha sido siempre el plan
de Dios. Cada obrero debe realizar un esfuerzo especial en su propia
rama; pero cada uno tiene el privilegio de capacitarse y trabajar
para promover la salud y el bienestar de todo el cuerpo del cual es
miembro.
Nada de consolidación, nada de rivalidad ni crítica, sino coope-
ración, es el plan de Dios para sus instituciones.—
Testimonies for
the Church 7:174
.