Página 164 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
con ellos para prestarles ayuda. Uno con autoridad se levantó y
dijo: “Vosotros decís: ¡El templo del Señor! El templo del Señor
somos nosotros; por lo tanto tenemos autoridad para hacer esto,
aquello o lo de más allá”. Pero la palabra de Dios prohíbe muchas
de las cosas que os proponéis hacer. Cristo purificó el templo en
ocasión de su primera venida. Antes de su segunda venida volverá a
purificar el templo. El mismo estaba ahí para purificarlo ¿Por qué?
Porque se había introducido en él trabajo comercial y Dios había
sido olvidado. Debido a la prisa con que debían hacerse los trabajos
en toda la institución, no quedaba tiempo para pensar en el cielo. Se
presentaron los principios de la Ley de Dios, y oí que se hacía esta
pregunta: “¿Cuánto de la Ley habéis obedecido?” Luego se hizo esta
declaración: “Dios limpiará y purificará su templo en su desagrado”.
En visiones nocturnas vi una espada ígnea suspendida sobre
Battle Creek.
[189]
Hermanos, Dios está tratando en serio con nosotros. Deseo de-
ciros que si después de las advertencias dadas mediante estos in-
cendios, los dirigentes de nuestro pueblo siguen actuando como de
costumbre, tal como lo hicieron en el pasado, enalteciéndose ellos
mismos, Dios a continuación tomará los cuerpos. Tan seguramente
como que está vivo, les hablará con un lenguaje que no dejarán de
entender.
Dios nos está observando para ver si nos humillamos ante él
como niñitos. Os digo estas cosas ahora que podemos aproximarnos
a él con humildad y contrición para preguntar por lo que él requiere
de nosotros.—
Manuscrito 11, 1903
.
Cumplimiento de las advertencias
—Hoy recibí una carta del
pastor Daniells [presidente de la Asociación General] concerniente
a la destrucción de la Review and Herald por un incendio. Siento
mucha tristeza al considerar la enorme pérdida que eso significa para
la obra. Pienso que éste debe ser un tiempo de prueba muy serio
para los hermanos encargados de la obra y para los empleados de
la casa editora. Simpatizo con todos los que están afligidos. Pero
las tristes noticias no me tomaron por sorpresa, porque en visiones
nocturnas había visto a un ángel con una espada ígnea extendida
sobre Battle Creek. Una vez, mientras tenía la pluma en la mano,
perdí el conocimiento y tuve la impresión de que esa espada ígnea
se volvía primero en una dirección y después en otra. Era como