Página 289 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Capítulo 28—Enseñando a los colportores
evangélicos a ganar almas
Cristo es nuestra recomendación ante la gente
—Se requerirá
un gran esfuerzo concienzudo de parte de los dirigentes de la obra;
porque es necesario impartir instrucción adecuada, para mantener
ante los obreros el sentido de la importancia de la obra, y para que
todos puedan apreciar el espíritu de abnegación y sacrificio ejem-
plificado en la vida de nuestro Redentor. Cristo realizó sacrificios a
cada paso, sacrificios que ninguno de sus seguidores podrá efectuar.
En toda la abnegación que se requiere de nosotros en esta obra;
en medio de todas las cosas desagradables que suceden, tenemos
que considerar que estamos unidos al yugo de Cristo, que participa-
mos de su espíritu de bondad, paciencia y abnegación. Este espíritu
allanará el camino ante nosotros y nos dará éxito, porque Cristo es
nuestra recomendación ante la gente.—
The Review and Herald, 6
de mayo de 1902
.
Los ángeles asistirán a los colportores
—Hay que reclutar col-
portores que vendan los libros
El conflicto de los siglos
,
Patriarcas
y profetas
,
El Deseado de todas las gentes
,
Daniel y Apocalipsis
,
y otros libros semejantes; éstos deben conocer el valor del mate-
rial contenido en estas obras y entender la obra que debe realizarse
para interesar a la gente en la verdad. Estos colportores recibirán
ayuda especial, que estará por encima de las supuestas ventajas de
las ilustraciones. Los colportores que han nacido de nuevo por obra
del Espíritu Santo, estarán acompañados por ángeles, quienes los
precederán a las moradas de la gente a fin de preparar el camino...
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Esos colportores selectos deben ser hombres y mujeres que sien-
tan el peso del servicio, que no trabajen solamente por el dinero, sino
que procuren realizar precisamente la obra que tiene que hacerse
para iluminar al mundo. Todo nuestro servicio debe llevarse a cabo
para gloria de Dios, para dar la luz de la verdad a los que están
en tinieblas. Los colportores deben convertirse diariamente a Dios,
para que sus palabras y obras tengan sabor de vida para vida, para
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