Página 291 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Enseñando a los colportores evangélicos a ganar almas
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libro enseña. Aprended de Cristo. Tened fe en su poder para ayuda-
ros y salvaros. La fe es la sangre vivificante del alma. Su presencia
proporciona calor, salud, coherencia y juicio sano. Su vitalidad y vi-
gor ejercen una poderosa influencia inconsciente. La vida de Cristo
en el alma es como una fuente de agua que brota para vida eterna.
Conduce a un cultivo constante de las gracias divinas y a una bonda-
dosa sumisión al Señor en todas las cosas.—
The Review and Herald,
6 de mayo de 1902
.
Predicando con la palabra y el azadón
—Si usted sale a traba-
jar como colportor y encuentra a un hombre laborando en el campo,
ayúdele en lo que está haciendo. Tome el azadón, o cualquier instru-
mento que esté usando en ese momento, y trabaje a su lado mientras
platica con él. Dígale que comprende que está ocupado y que no
desea atrasarlo en su trabajo. Le aseguro que el sermón que usted
predica con el azadón estará en armonía con el sermón que predi-
que con la lengua, y ambos tendrán un poder que las palabras solas
nunca podrán tener. Trabaje con humildad y el Señor obrará con
usted.—
Manuscrito 126, 1902
.
Muestre verdades y no sólo ilustraciones
—Los colportores no
están obteniendo en su trabajo la saludable experiencia que debieran
tener. Se les está enseñando que al presentar los libros pongan énfasis
en las hermosas portadas y en las abundantes ilustraciones, antes
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que en las verdades contenidas en ellos. Al hacer eso están usando
los métodos mundanos, y así no hacen de Dios su dependencia y
confianza. “¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?—dice el Eterno”.
Jeremías 23:28
.—
Manuscrito 131, 1899
.
Ponga énfasis en el contenido antes que en las portadas
No son las hojas doradas de un libro, ni tampoco sus tapas costosas
lo que testifica de su valor. En cambio la verdad que contiene da
un verdadero testimonio. Si se eliminan las tapas dispendiosas, los
cantos dorados y la multitud de ilustraciones, los colportores no lo
apreciarán. Pero si nunca hubieran tenido esas obras de lujo para
vender no hubiera sido tan grande la tentación a dejar de lado libros
con un contenido de alto valor para vender libros con una hermosa
apariencia exterior pero que no tienen tanta importancia.
Hay una gran cantidad de publicaciones para distribuir en el
mundo, y los que trabajan en su preparación y distribución piensan
que cuanto más abundantes sean las ilustraciones, tanto mejor y más