Página 332 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
participan en la importante obra de difundir los rayos de luz que
el cielo ha derramado sobre ellos. Nada hará que esta clase de per-
sonas se aparte de su deber. Nada las desanimará en la realización
de su obra. Tienen fe que las motiva en su trabajo para este tiem-
po y la eternidad. Temen a Dios, de modo que no serán desviadas
de la obra por la tentación de situaciones lucrativas y perspectivas
seductoras. Estas personas guardan reverentemente el sábado del
cuarto mandamiento. Porque Dios ha puesto su aprobación sobre
él y les ha pedido que lo santifiquen. Preservarán su integridad no
importa cuánto les cueste. Esta es la clase de personas que Dios
puede usar en la Sociedad Misionera de Folletos y Revistas; estas
personas son las que representarán adecuadamente nuestra fe, cuyas
palabras serán apropiadas, como manzanas de oro con adornos de
plata. Estas personas pueden realizar de diverso modo una valiosa
obra para Dios, esparciendo folletos y distribuyendo juiciosamente
la revista
Señales de los Tiempos
. Hermanas, Dios os llama para que
trabajéis en la siega y ayudéis a reunir las gavillas.—
The Review
and Herald, 19 de diciembre de 1878
.
Hay que publicar en las revistas las experiencias de los col-
portores
—Los que la adquieran al trabajar para el Señor debieran
escribir un relato de ello para nuestros periódicos, a fin de que otros
sean alentados. Hable el colportor del gozo y la bendición que ha
disfrutado en su ministerio como evangelista. Estos informes deben
hallar cabida en nuestros periódicos; porque son de gran alcance en
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su influencia. Serán como dulce fragancia en la iglesia y un sabor de
vida para vida. Así se verá que Dios obra con aquellos que cooperan
con él.—
Joyas de los Testimonios 2:551
.
Publicaciones para contrarrestar los libros perniciosos
Que cada adventista se pregunte: “¿Qué puedo hacer yo para pro-
clamar el mensaje del tercer ángel?” Cristo vino a este mundo para
dar su mensaje a su siervo a fin de que éste lo transmitiera a las
iglesias. Ha de ser proclamado a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
¿Cómo hemos de darlo? La distribución de nuestras publicaciones
es un medio por el cual el mensaje ha de proclamarse. Que cada
creyente disemine folletos y libros que contienen el mensaje para
este tiempo. Se necesitan colportores que salgan para hacer circular
nuestras publicaciones por doquier...