Página 36 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
humildes y estad dispuestos a ser enseñados, si queréis enseñar a
otros y guiarlos en el camino de la verdad y la justicia...
Se ha encomendado una gran obra a los que presentan la verdad
en Europa... Allí están Francia y Alemania, con grandes ciudades
y enormes poblaciones. También se encuentran Italia, España y
Portugal, después de tantos siglos de tinieblas,... abiertos a la Palabra
de Dios, abiertos para recibir el último mensaje de amonestación
al mundo. [
Escrito al final de 1887.
] Holanda, Austria, Rumania,
Turquía, Grecia y Rusia son el hogar de millones y millones, cuyas
almas son tan preciosas a la vista de Dios como las nuestras, y que
no saben nada de las verdades especiales para este tiempo.
Ya se ha hecho una buena obra en estos países. Existen personas
que han recibido la verdad, esparcidas como portadores de luz en
casi cada país... ¡Pero cuán poco se ha hecho en comparación con
la gran obra que tenemos por delante! Los ángeles de Dios están
conmoviendo las mentes del pueblo, y preparándolas para recibir la
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amonestación. Se necesitan misioneros en los campos donde hasta
hoy apenas ha empezado la tarea. Nuevos campos están abriéndose
constantemente. La verdad debe ser traducida a diferentes lenguas,
para que todas las naciones disfruten de sus influencias puras y
vivificantes...
Los colportores están teniendo un éxito animador en la venta de
nuestros libros. Así la luz se está llevando a la gente, en tanto que el
colportor -que en muchos casos es alguien que ha perdido su empleo
por aceptar la verdad-puede sostenerse con su trabajo. Además, las
ventas son una ayuda para la oficina de publicaciones. En los días
de la Reforma, monjes que habían abandonado los conventos, y
que no tenían ningún otro medio de sostén, viajaban por el país,
vendiendo las obras de Lutero, que circularon así rápidamente por
toda Europa. La obra del colportaje fue uno de los medios más
eficaces para esparcir la luz entonces, y así resultará también hoy.—
Notas Biográficas de Elena G. de White, 334, 335
.
Hay que publicar libros en diversos idiomas—
Debe hacerse
un esfuerzo mucho mayor para extender la circulación de nuestras
publicaciones en todas partes del mundo. La amonestación debe
darse en todos los países y a todos los pueblos. Nuestros libros se
han de traducir y publicar en muchos idiomas diferentes. Debemos
multiplicar las publicaciones de nuestra fe en inglés, alemán, francés,