Página 10 - Maranata

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Cuando Jesús nació, 3 de enero
Cuando Jesús nació en Belén... vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que
ha nacido?
Mateo 2:1, 2
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El Rey de gloria descendió muchísimo para asumir la humanidad; y los ángeles, que habían sido testigos de su esplendor en
las cortes celestiales, cuando era adorado por todas las huestes del cielo, se desilusionaron al descubrir que su divino Comandante
ocupaba un puesto que implicaba tan profunda humillación.
Los judíos se habían separado tanto de Dios por causa de sus malas obras, que los ángeles no les podían transmitir las nuevas del
advenimiento del niño Redentor. Dios eligió a los sabios de Oriente para que cumplieran su voluntad...
La aparición desusada de una estrella grande y brillante, que nunca habían visto antes, y que aparecía como una señal en los
cielos, atrajo su atención. No tuvieron el privilegio de escuchar la proclamación de los ángeles a los pastores. Pero el Espíritu
de Dios los impulsó a buscar al Visitante celestial que había venido a este mundo caído. Los sabios enderezaron su rumbo en la
dirección en que la estrella parecía conducirlos. Al acercarse a la ciudad de Jerusalén, la estrella se envolvió en tinieblas, y no los
guió más. Llegaron a la conclusión de que los judíos no podían ignorar el gran acontecimiento de la llegada del Mesías; de modo que
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comenzaron a inquirir al respecto en las proximidades de Jerusalén.
Los sabios se sorprendieron al verificar que no había un interés especial con respecto al tema de la venida del Mesías... Cuando
abandonaron Jerusalén, ya no abrigaban tanta confianza y esperanza como cuando llegaron. Se maravillaban de que los judíos no
tuvieran interés ni manifestaran gozo frente a la perspectiva del gran acontecimiento de la venida del Cristo.
Las iglesias de nuestro tiempo están buscando la grandeza mundana y están tan poco dispuestas a ver la luz de las profecías y a
recibir la evidencia de su cumplimiento, que muestran que Cristo muy pronto vendrá, como los judíos con respecto a su primer
advenimiento. Esperaban el reino temporal y triunfante del Mesías en Jerusalén. Los profesos cristianos de nuestra época esperan
la prosperidad temporal de la iglesia, manifestada en la conversión del mundo, y el gozo del milenio temporal.—
The Review and
Herald, 24 de diciembre de 1872
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