Página 134 - Maranata

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Dios guiará a su pueblo, 1 de mayo
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás,
ni la llama arderá en ti.
Isaías 43:2
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Dios tiene una iglesia en la Tierra, que es su pueblo escogido, que guarda sus mandamientos. Él está conduciendo, no ramas
extraviadas, no uno aquí y otro allá, sino un pueblo.—
Joyas de los Testimonios 2:362
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No hay motivo para dudar, ni temer que la obra fracase. Dios está al frente de ella y dirigirá todas las cosas. Si hay asuntos que
necesitan enmienda en la dirección de la obra, Dios atenderá eso y corregirá los errores. Tengamos fe en que Dios conducirá el noble
barco que lleva su pueblo hasta el puerto de seguridad.
Mientras viajaba de Portland [Maine] a Boston hace muchos años, se levantó una tormenta y las inmensas olas nos azotaban sin
piedad. Los candelabros cayeron y los baúles rodaban de un lado a otro como pelotas. Los pasajeros estaban atemorizados y muchos
gritaban temiendo perecer.
Después de un rato el piloto subió a bordo. Mientras tomaba el timón, el capitán se puso en pie junto a él y expresó su temor en
cuanto al rumbo del barco. “¿Quiere tomar el timón?” le preguntó el piloto. El capitán no estaba dispuesto a hacerlo porque sabía
que le faltaba experiencia. Luego algunos pasajeros se pusieron nerviosos y expresaron su temor de que el piloto los iba a estrellar
contra las rocas. “¿Quieren tomar el timón?” les preguntó el piloto. Pero ellos sabían que no podían hacerlo.
Cuando penséis que la obra está en peligro, rogad: “Señor, toma el timón. Condúcenos a través de las perplejidades. Llévanos a
salvo hasta el puerto”. ¿No tenemos acaso razones para creer que el Señor nos conducirá triunfalmente?...
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Con vuestra mente finita no podéis entender todas las providencias de Dios. Permitid que él dirija su obra.—
The Review and
Herald, 20 de septiembre de 1892
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