La estrategia del diablo, 4 de junio
¿Se juntará contigo el trono de iniquidades que hace agravio bajo forma de ley? Se juntan contra la vida del justo, y
condenan la sangre inocente.
Salmos 94:20, 21
.
A medida que el pueblo de Dios se acerca a los peligros de los últimos días, Satanás sostiene fervientes consultas con sus ángeles
en cuanto al plan de mayor éxito para derribar su fe...
Dice el gran engañador... “El sábado es el gran tema que ha de decidir el destino de las almas”. Debemos exaltar el día de
descanso de nuestra creación. Hemos logrado que fuera aceptado tanto por los mundanos como por los miembros de la iglesia; ahora
la iglesia debe ser inducida a unirse con el mundo para sostenerlo. Debemos trabajar por medio de señales y maravillas para cegar
sus ojos a la verdad, e inducirlos a dejar a un lado la razón y el temor de Dios y a seguir la costumbre y la tradición.
“Yo influiré sobre los ministros populares para hacer que la atención de sus oyentes se aparte de los mandamientos de Dios...
“Pero nuestra principal preocupación es silenciar a esta secta de guardadores del sábado. Debemos excitar la indignación
popular contra ellos. Alistaremos grandes hombres, hombres mundialmente sabios, de nuestro lado, e induciremos a los que están en
autoridad a llevar adelante nuestros propósitos. Entonces el descanso que yo he establecido será hecho obligatorio por leyes muy
severas e impositivas. Los que las desobedezcan serán apartados de sus ciudades y aldeas, y se les hará sufrir hambre y privación.
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Una vez que tengamos el poder, mostraremos lo que podemos hacer con aquellos que no desean apartarse de su lealtad a Dios...
Ahora que estamos poniendo a las iglesias protestantes y al mundo en armonía con este brazo derecho de nuestra fuerza, finalmente
tendremos una ley para exterminar a todos los que no se sometan a la autoridad. Cuando la muerte sea la pena por la violación de
nuestro día de reposo, entonces muchos que ahora están alistados con los observadores de los mandamientos vendrán a nuestro lado.
“Pero antes de proceder a estas medidas extremas, debemos... entrampar a los que honran el verdadero sábado. Podemos
separar a muchos de Cristo por la mundanalidad, la concupiscencia y el orgullo. Se pensarán seguros porque creen la verdad,
pero la complacencia del apetito o de las bajas pasiones, que confundirá el juicio y destruirá el discernimiento, producirá su
caída”.—
Testimonios para los Ministros, 472, 473
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