Página 228 - Maranata

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Tiempo de despertar, 31 de julio
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra
salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y
vistámonos las armas de la luz.
Romanos 13:11, 12
.
La gran controversia está llegando a su final. Cada informe de calamidad que ocurre en el mar o en la tierra es un testimonio
del hecho de que el fin de todas las cosas está por sobrevenir. Las guerras y los rumores de guerras así lo declaran. El Señor viene.
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Oímos los pasos de un Dios que se acerca.
No debería permitirse que este conocimiento de la cercanía de la venida de Cristo pierda su fuerza, y que nos tornemos
descuidados y desatentos, y caigamos en el sueño: En una insensibilidad e indiferencia a las realidades. En el sueño estamos en un
mundo irreal, y no somos sensibles a las cosas que ocurren a nuestro alrededor...
Hay quienes tienen la deslumbradora luz de la verdad brillando a su alrededor, y sin embargo permanecen insensibles a ella.
Están encantados por el enemigo, mantenidos bajo un hechizo por su poder fascinador. No se están preparando para ese gran día
que pronto ha de sobrevenir a nuestro mundo. Parecen completamente insensibles a la verdad religiosa. ¿No hay algunos jóvenes
que estén despiertos? Los que ven que la noche se aproxima, y también la mañana, deberían trabajar con energía incansable para
despertar a sus amigos que duermen. ¿No pueden experimentar su peligro, orar por ellos, y mostrarles por su propia fe y carácter
que creen que Cristo vendrá pronto? El hecho de que disminuye rápidamente el tiempo que media entre nosotros y la eternidad,
debería impresionarnos profundamente. Cada día que pasa es uno menos que nos queda para completar nuestra obra de perfeccionar
el carácter...
Mientras muchos permanecen dormidos, y muchos desperdician las preciosas horas en descuidada indiferencia, podríamos decir
en el mismo borde del mundo eterno, los que creen deben ser sobrios, deben despertar, deben ser fervientes y diligentes y velar en
oración...
Queridos jóvenes, ¿tenéis vuestras lámparas preparadas y ardiendo?—
Nuestra Elevada Vocación, 348
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