Página 318 - Maranata

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La tierra despoblada, 25 de octubre
Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz. Miré a los montes, y he aquí
que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido.
Jeremías 4:23-25
.
A la venida de Cristo los impíos serán borrados de la superficie de la tierra, consumidos por el espíritu de su boca y destruidos
por el resplandor de su gloria. Cristo lleva a su pueblo a la ciudad de Dios, y la Tierra queda privada de sus habitantes. “He aquí que
Jehová vacía la tierra, y la dejará desierta, y cual vaso, la volverá boca abajo, y dispersará sus habitantes. “La tierra será enteramente
vaciada y completamente saqueada; porque Jehová ha hablado esta palabra”. “Porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y
quebrantaron el pacto eterno. Por tanto la maldición ha devorado la tierra, y los que habitan en ella son culpables: por tanto son
abrasados los habitantes de la tierra”.
Isaías 24:1, 3, 5, 6 (VM)
.
Toda la tierra tiene el aspecto desolado de un desierto. Las ruinas de las ciudades y aldeas destruidas por el terremoto, los árboles
desarraigados, las ásperas rocas arrojadas por el mar o arrancadas de la misma tierra, están esparcidas por la superficie de ésta, al
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paso que grandes cavernas señalan el sitio donde las montañas fueron arrancadas desde sus cimientos.
Ahora se realiza el acontecimiento predicho por el último solemne servicio del día de la expiación. Una vez terminado el servicio
que se cumplía en el lugar santísimo, y cuando los pecados de Israel habían sido quitados del santuario por virtud de la sangre del
sacrificio por el pecado, entonces el macho cabrío emisario era ofrecido vivo ante el Señor; y en presencia de la congregación el sumo
sacerdote confesaba sobre él “todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus transgresiones, a causa de todos sus pecados,
cargándolos así sobre la cabeza del macho cabrío”.
Levítico 16:21 (VM)
. Asimismo, cuando el servicio de propiciación haya
terminado en el santuario celestial, entonces, en presencia de Dios y de los santos ángeles y de la hueste de los redimidos, los pecados
del pueblo de Dios serán puestos sobre Satanás; se lo declarará culpable de todo el mal que les ha hecho cometer.—
Seguridad y Paz
en el Conflicto de los Siglos, 715, 716
.
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