Página 361 - Maranata

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Se reivindica el carácter de Dios, 4 de diciembre
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
Apocalipsis 15:3
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Toda cuestión de verdad y error en la controversia que tanto ha durado, ha quedado aclarada. Los resultados de la rebelión y el
alejamiento de los estatutos divinos han sido puestos a la vista de todos los seres inteligentes creados por Dios. La obra del gobierno
de Satanás en contraste con el de Dios ha sido presentada a todo el universo. Satanás ha sido condenado por sus propias obras. La
sabiduría de Dios, su justicia y su bondad quedan por completo reivindicadas. Queda también comprobado que todos sus actos en el
gran conflicto fueron ejecutados de acuerdo con el bien eterno de su pueblo y el bien de todos los mundos que creó... En vista de
todos los hechos del gran conflicto, todo el universo, tanto los justos como los rebeldes, declaran al unísono: “¡Justos y verdaderos
son tus caminos, Rey de los santos!”
El universo entero contempló el gran sacrificio hecho por el Padre y el Hijo en beneficio del hombre. Ha llegado la hora en que
Cristo ocupa el puesto a que tiene derecho, y es exaltado sobre los principados y potestades, y sobre todo nombre que se nombra. A
fin de alcanzar el gozo que le fuera propuesto—el de llevar a muchos hijos a la gloria—sufrió la cruz y menospreció la vergüenza.
Y por inconcebiblemente grandes que fuesen el dolor y el oprobio, mayores aún son la dicha y la gloria. Echa una mirada hacia
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los redimidos, transformados a su propia imagen, cuyos corazones llevan el sello perfecto de lo divino y cuyos rostros reflejan la
semejanza de su Rey. Contempla en ellos el resultado de las angustias de su alma, y está satisfecho. Luego, con voz que llega hasta
las multitudes reunidas de los justos y de los impíos, exclama: “¡Contemplad el rescate de mi sangre! Por éstos sufrí, por éstos morí,
para que pudiesen permanecer en mi presencia a través de las edades eternas”. Y de entre los revestidos con túnicas blancas en torno
del trono, asciende el canto de alabanza: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”.
Apocalipsis 5:12
Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 728, 729
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