Ciudadanos del reino, 8 de marzo
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.
Efesios
2:19
.
Jesús dice: “He aquí yo vengo pronto”.
Apocalipsis 22:12
. Debemos tener siempre presentes estas palabras, y obrar como quienes
creen de veras que la venida del Señor se acerca, y que somos peregrinos y advenedizos en la tierra.—
Joyas de los Testimonios 2:99
.
Debemos aprovechar diligentemente todo medio de gracia para que el amor de Dios abunde más y más en el alma, “para que
aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia”.
Filipenses 1:10, 11
.
Vuestra vida cristiana debe asumir formas vigorosas y robustas. Podéis alcanzar la alta norma que se os presenta en las Escrituras, y
debéis hacerlo si queréis ser hijos de Dios. No podéis permanecer quietos; debéis avanzar o retroceder...
[78]
¿Queréis tener un crecimiento cristiano raquítico, o queréis hacer sanos progresos en la vida divina? Donde hay salud espiritual
hay crecimiento. El hijo de Dios crece hasta la plena estatura de un hombre o una mujer en Cristo. No hay límite para su
mejoramiento.—
Joyas de los Testimonios 2:96, 97
.
Algunas personas que debieran ser fuertes y estar establecidas en Cristo, son como criaturas en su comprensión y el conocimiento
práctico de la forma como obra el Espíritu de Dios. Después de años de experiencia pueden comprender únicamente los principios
elementales del grandioso sistema de fe y doctrina que constituye la religión cristiana. No comprenden cuál es la perfección de
carácter que recibirá este reconocimiento de Dios: “Bien hecho”.—
Testimonies for the Church 5:247
.
Tenemos que ganar grandes victorias, o perder el cielo. El corazón carnal debe ser crucificado; porque tiende hacia la corrupción
moral, y el fin de ella es la muerte... Orad para que las poderosas energías del Espíritu Santo, con todo su poder vivificador,
recuperador y transformador, caigan como un choque eléctrico sobre el alma paralizada, haciendo pulsar cada nervio con nueva vida,
restaurando todo el hombre, de su condición muerta, terrenal y sensual a una sanidad espiritual. Así llegaréis a ser, participantes de la
naturaleza divina... y en vuestras almas se reflejará la imagen de Aquel por cuyas heridas somos sanados.—
Joyas de los Testimonios
2:100
.
73