Se define la santificación bíblica, 22 de marzo
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Juan 17:17
.
“Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”.
Juan 17:19
. “Habiendo
purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro”.
1 Pedro 1:22
. “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.
2 Corintios 7:1
...
Tal es la santificación bíblica. No es simplemente ostentación u obra exterior. Es la santificación recibida por el conducto de la
verdad, Es la verdad recibida en el corazón, y puesta en práctica en la vida.—
Joyas de los Testimonios 1:114
.
Los que son santificados por la verdad, son recomendaciones vivientes de su poder, y representantes de su Señor resucitado.
La religión de Cristo refinará el gusto, santificará el juicio, elevará, purificará y ennoblecerá el alma, capacitando cada vez más al
cristiano para la compañía de los ángeles celestiales.—
TKH, 250
.
Un sentimiento agradable y de satisfacción propia no constituye evidencia de la santificación.—
Testimonies for the Church
8:245
.
No hay santificación bíblica para los que desechan una parte de la verdad. La Palabra de Dios da bastante luz para que nadie
necesite errar...
Jesús considerado como hombre era perfecto, y sin embargo, crecía en gracia. “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en
gracia para con Dios y los hombres”.
Lucas 2:52
. Aun el cristiano más perfecto puede crecer continuamente en el conocimiento y en
el amor de Dios...
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La santificación no es obra de un momento, una hora o un día. Es un crecimiento continuo en la gracia. No sabemos cuán intenso
será nuestro conflicto al día siguiente. Satanás vive, es activo y cada día necesitamos clamar fervorosamente a Dios por ayuda y
fortaleza para resistirle. Mientras reine Satanás tendremos que subyugar el yo, tendremos asedios que vencer, y no habrá punto en
que detenerse, donde podamos decir que hemos alcanzado la plena victoria.—
Joyas de los Testimonios 1:113-115
.
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