Página 265 - Notas biogr

Basic HTML Version

Actividades en Gran Bretaña y Escandinavia
261
En relación con el Concilio Misionero, se tuvo el primer congreso
campestre de la Asociación Noruega. Se erigieron diez tiendas en
un hermoso bosque, en las cuales podía acomodarse a unas cien
personas. Además, otras cincuenta personas encontraron alojamiento
en las casas vecinas. Los delegados de los Estados Unidos y de
Europa Central se establecieron en una casa grande y cómoda con
vista al fiordo de Cristianía.
En la reunión campestre el idioma prevaleciente fue el noruego,
y se siguió el programa normal de un congreso local. En la casa
grande el idioma prevaleciente era el inglés, y se realizaron preciosas
reuniones de oración. También se celebraron una serie de reuniones
administrativas en que se estudiaron los medios que debían usarse
para ampliar y fortalecer la obra en todos los países de Europa.
El martes 14 de junio se presentaron animados informes relativos
al maravilloso desarrollo de la obra de colportaje durante el año. El
pastor Matteson relató incidentes admirables ocurridos durante el
[331]
invierno anterior en el curso desarrollado para colportores e instruc-
tores bíblicos; el pastor Conradi informó de los éxitos de obreros
en Alemania y Suiza; el pastor Olsen dio informes animadores de
Noruega, y el pastor Hendrickson, de Dinamarca. El pastor Lane
informó buenos progresos de parte de los colportores en Inglaterra.
El Concilio Misionero continuó activamente con su obra por
varios días después que los hermanos de las iglesias de Noruega
habían regresado a sus hogares. Se trazaron planes y se tomaron
resoluciones tendientes a lograr la educación de hombres para el
ministerio, y para el establecimiento de una misión para marinos en
Hamburgo. El tema que despertó la más entusiasta atención fue el
desarrollo de escuelas en cada asociación para preparar colportores.
Lo que requirió el estudio más ansioso fue el asunto de preparar e
imprimir las publicaciones más adecuadas.
La presencia de los pastores C. L. Boyd y D. A. Robinson,
quienes estaban de viaje de los Estados Unidos al gran campo sud-
africano, añadió mucho interés a las reuniones del Concilio. Ellos
se unieron de todo corazón en el estudio de los difíciles problemas
de la obra en Europa; y a la vez trajeron muchos de los problemas
sudafricanos para una consideración informal.