Actividades en Gran Bretaña y Escandinavia
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cosas han obstaculizado el progreso de la causa en los Estados
Unidos! No esperamos tener que afrontar menos dificultades en
Europa. Algunos de los que estaban relacionados con la obra en estos
campos extranjeros, así como en Norteamérica, se han desanimado y,
siguiendo la conducta de los espías indignos, han traído un informe
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descorazonador. Como el tejedor descontento, ellos están mirando
del lado erróneo de la tela. No pueden entender el plan del Diseñador;
para ellos todo es confusión, y en vez de esperar hasta poder discernir
el propósito de Dios, rápidamente comunican a otros su espíritu de
duda y oscuridad.
“Pero no es ése el informe que traemos ahora. Después de una
estancia de dos años en Europa no vemos más razón de desánimo
en la condición de la causa allí que cuando ésta empezó en los dife-
rentes campos de Estados Unidos. Allí vimos cómo el Señor estaba
probando el material que había de ser usado. Algunos no soportaron
la prueba de Dios. No querían ser labrados y modelados. Todo golpe
del buril, toda aplicación del martillo, despertaba su enojo y resis-
tencia. Ellos fueron puestos a un lado, y otro material fue traído para
ser probado de la misma manera. Todo esto ocasionó demora. Todo
fragmento roto y desprendido causó lamentos. Algunos pensaron
que estas pérdidas arruinarían el edificio, pero por el contrario, éste
se hizo más fuerte al ser quitados los elementos de debilidad. La
obra avanzó en forma segura. Cada día hacía más claro el hecho
de que la mano del Señor lo estaba guiando todo, y que un gran
propósito corría a través de la obra desde el comienzo hasta el fin.
Vemos que también la obra se está estableciendo en Europa.
“Una de las grandes dificultades es la pobreza que afrontamos a
todo paso. Esto demora el progreso de la verdad, la cual, como en
los siglos anteriores, normalmente encuentra sus primeros conversos
entre las clases más humildes. Sin embargo hemos tenido una ex-
periencia similar en nuestro propio país, tanto al este como al oeste
de las Montañas Rocosas. Los que primero aceptaron el mensaje
eran pobres, pero al disponerse ellos a trabajar con fe para realizar lo
que podían con sus talentos, habilidades y medios, el Señor acudió
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en su ayuda. En su providencia él trajo a la verdad a hombres y
mujeres de corazón dispuesto; tenían recursos, y anhelaban enviar la
luz a otros. Así ocurrirá ahora. Pero el Señor quiere que trabajemos
fervientemente con fe hasta que llegue el tiempo.