En confirmación de la confianza
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Con gran dificultad ella cumplió un compromiso el lunes por la
tarde, y entonces sintió que debía decidir qué hacer con respecto a
asistir a la reunión de Virginia, que seguía inmediatamente después.
En el hogar del Hno. Hicks, donde estaba alojada, recibió la
visita de una señora de edad que sufría una violenta oposición en
su vida cristiana por parte de su esposo. Esta entrevista duró una
hora. Después de esto, cansada, débil y perpleja, quiso retirarse a
su habitación para orar. Subió las escaleras, se arrodilló junto a su
cama, y antes de que elevara la primera palabra de petición sintió
que la pieza estaba llena de fragancia de rosas. Mirando hacia arriba
para ver de dónde venía esa fragancia, vio que la habitación estaba
inundada de una luz suave y plateada. Instantáneamente su dolor y
su cansancio desaparecieron. La perplejidad y el desánimo mental se
disiparon, y la esperanza, el consuelo y la paz llenaron su corazón.
Entonces, perdiendo toda conciencia de lo que la rodeaba, recibió
una visión en la que se le mostraban muchas cosas relativas al pro-
greso de la causa en diferentes partes del mundo, y a las condiciones
que estaban ayudando u obstaculizando la obra.
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Entre las muchas cosas que se le presentaron, estaban las condi-
ciones que existían en Battle Creek. Estas le fueron presentadas de
una manera muy completa y vívida.
El martes 4 de noviembre por la tarde, era el tiempo establecido
para la partida de Salamanca. Por la mañana los pastores A. T.
Robinson y W. C. White vinieron a ver lo que la Sra. White había
decidido hacer. Entonces ella les contó su experiencia de la tarde
anterior, y de la paz y el gozo que había sentido por la noche. Dijo
que durante la noche no había tenido ningún deseo de dormir, pues
su corazón estaba muy lleno de gozo y alegría. Muchas veces había
repetido las palabras de Jacob: “Ciertamente Jehová está en este
lugar, y yo no lo sabía”. “No es otra cosa que casa de Dios y puerta
del cielo”.
Génesis 28:16-17
.
Estaba totalmente decidida a asistir a las reuniones, de acuerdo
con el compromiso hecho. Entonces se propuso contar a los herma-
nos lo que había visto con respecto a la obra de Battle Creek; pero su
mente se volvió de inmediato a otros asuntos, y no relató la visión.
Y no lo hizo sino hasta que se reunió la sesión de la Asociación
General en Battle Creek el siguiente mes de marzo.