Página 277 - Notas biogr

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En confirmación de la confianza
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que todos, especialmente los que estaban relacionados con nuestras
instituciones principales, tuvieran una vital relación con Cristo, la
vid verdadera. Debemos evitar el tratar de amoldar las cosas al mun-
do y adoptar directivas mundanas. Hombres que están en posiciones
de responsabilidad deben ir a Dios, tan a menudo como lo hacía
Daniel, en ferviente súplica en procura de ayuda divina.
Dos o tres veces durante el discurso ella comenzó a referir la
historia de su experiencia de Salamanca, pero cada vez titubeó en
hacerlo, y dejando la historia sin relatar dirigió su pensamiento en
otra dirección. Este discurso hizo una profunda impresión en la gran
congregación.
En la última parte de esa tarde se tuvo una reunión de ministros
en la sala este del Tabernáculo. La Sra. White estaba presente, y
rogó que hubiera una mayor consagración. Al final de esta reunión
especial el pastor O. A. Olsen le preguntó si ella asistiría a la reunión
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de ministros el domingo por la mañana. Ella respondió que ya había
hecho su parte, y que dejaría la carga con él. Entonces se planeó que
los pastores Olsen y Prescott dirigieran la reunión.
El domingo por la mañana, aproximadamente a las 5:20, el Hno.
A. T. Robinson, W. C. White y Ellery Robinson estaban pasando
por la residencia de la Sra. White en camino a la reunión temprana.
Como vieron una luz en su habitación, su hijo se apresuró a ir a
averiguar cómo estaba su salud.
La encontró activamente ocupada en escribir. Ella le contó en-
tonces que un ángel del Señor la había despertado como a las tres de
la mañana, y le había pedido que fuera a la reunión de ministros y
relatara algunas de las cosas que se le habían mostrado en Salaman-
ca. Y añadió que se había levantado inmediatamente, y que había
estado escribiendo por unas dos horas.
Había terminado una ferviente sesión de oración en la reunión de
ministros cuando la Sra. White entró con un paquete de manuscritos
en la mano. Con evidente sorpresa el pastor Olsen dijo: “Nos alegra-
mos de verla, Hna. White. ¿Tiene Ud. un mensaje para nosotros esta
mañana?”
“Por cierto que lo tengo”, fue su respuesta. Entonces explicó ella
que no había sido su plan asistir a la reunión de la mañana, pero
que había sido despertada muy temprano, y que había recibido la