En confirmación de la confianza
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Uno dijo: “Yo estaba en la reunión anoche, y lamento decir que
me considero del lado erróneo. Y aprovecho esta primera oportuni-
dad para colocarme del lado correcto”.
El presidente de la Asociación Nacional de Libertad Religiosa
presentó un claro testimonio. Dijo que la noche anterior, un número
de hermanos se habían reunido en su habitación en la oficina de la
Review, y allí discutieron precisamente los asuntos a los cuales la
Sra. White se refirió. Sus deliberaciones habían continuado hasta
la una de la madrugada. Afirmó él que no trataría de describir la
reunión. Eso era innecesario, porque la descripción dada por la Sra.
White era correcta, y más exacta de lo que él podía darla. Reconoció
libremente que la posición que él había sostenido no era correcta, y
que ahora él podía ver su error.
Otro hermano declaró que había estado en la reunión, y que la
descripción dada por la Sra. White era cierta y correcta en todos los
detalles. Se manifestó profundamente agradecido de que se había
recibido esa luz, porque las diferencias de opinión habían creado una
situación seria. El creía que todos eran honrados en sus convicciones,
y sinceramente anhelaban hacer lo que era correcto, a pesar de que
sus puntos de vista estaban en conflicto, y no podían ponerse de
acuerdo. Otros que habían estado presentes en esa reunión de la
madrugada sobre el
Sentinel,
presentaron un testimonio de que la
reunión había sido correctamente descrita por la Sra. White.
Se dieron otros testimonios, expresando gratitud de que se había
recibido luz sobre este asunto que causaba tanta perplejidad. Tam-
bién expresaron su gratitud de que el mensaje había llegado de tal
manera, que todos podían ver no solamente la sabiduría de Dios
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en el mensaje, sino también la bondad de Dios en enviarlo en una
oportunidad tal, de manera que nadie podía dudar de que fuera un
mensaje del cielo.
Esta experiencia confirmó la fe de aquellos que creían, e impre-
sionó profundamente a aquellos que habían creído que, en materia
administrativa, era más seguro seguir su propio juicio, fruto de la
experiencia, que seguir los planes para la distribución de responsa-
bilidades y el establecimiento de muchos centros de influencia, los
cuales habían sido defendidos por sus hermanos en el campo y por
los Testimonios.
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