Página 11 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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¿Por cuál camino? 2 de enero
Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.
Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y
pocos son los que la hallan.
Mateo 7:13, 14
.
Ante vosotros hay dos caminos—el camino ancho de la complacencia
propia y la senda estrecha del sacrificio. Yendo por el camino ancho, podéis
elegir el egoísmo, el orgullo, el amor al mundo; pero aquellos que recorren la
senda estrecha, deben abandonar todo peso, y el pecado que tan fácilmente
nos acosa. ¿Cuál camino habéis escogido, el camino que lleva a la muerte
eterna, o el camino que conduce a la gloria y a la inmortalidad?—
The Youth’s
Instructor, 13 de febrero de 1902, pp. 50
.
Nunca hubo otro tiempo más solemne en la historia del mundo que este
en el cual vivimos. Nuestros intereses eternos están en juego, y debemos
despertar a la importancia de asegurar nuestro llamamiento y elección. No
nos atrevamos a arriesgar nuestros intereses eternos en base a meras proba-
bilidades. Debemos estar resueltos a perseverar. Lo que nosotros somos, lo
que estamos haciendo, la conducta que adoptaremos en el futuro, son todos
asuntos de gran importancia, y no podemos permitirnos ser descuidados, indi-
ferentes y despreocupados. Cada uno de nosotros debe preguntarse: “¿Qué es
la eternidad para mí?” ¿Van nuestros pies por la senda que conduce hacia el
cielo, o por el camino amplio que lleva a la perdición? ...
Aquellos que quieran vivir la vida cristiana con éxito, considerarán todas
las cosas como pérdida ante la excelencia del conocimiento de Cristo. Úni-
camente aquellos que permanecen en Cristo pueden saber lo que es la vida
verdadera. Ellos comprenden el valor de la verdadera religión. Han llevado
sus talentos de influencia, y recursos, y habilidades al altar de la consagración,
procurando únicamente conocer y hacer la voluntad de Aquel que murió para
redimirlos. Ellos saben que el camino que deben recorrer es recto y estrecho, y
que tendrán que hacer frente a muchos obstáculos y tentaciones a medida que
resistan las seducciones del camino más ancho que conduce a la ruina; pero
también discernirán las pisadas de Jesús, y se apresurarán a ir hacia la meta en
demanda del premio de la soberana vocación en su Señor y Salvador. Elegirán
el camino real que lleva hacia el cielo, aunque sea recto y estrecho, porque
tienen aprecio por la recompensa prometida.—
The Review and Herald, 26 de
mayo de 1891
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